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24 de octubre de 2021

Nacer Hombre, poema de Adela Zamudio, cantado por Mabel Lema

  


Cuánto trabajo ella pasa

por corregir la torpeza

de su esposo, y en la casa,

(permitidme que me asombre)

tan inepto como fatuo

sigue él siendo la cabeza,

porque es hombre.

 

Si alguna versos escribe

-“De alguno esos versos son

que ella sólo los suscribe”;

(permitidme que me asombre)

Si ese alguno no es poeta

¿por qué tal suposición?

-Porque es hombre.

 

Una mujer superior

en elecciones no vota,

y vota el pillo peor;

(permitidme que me asombre)

con sólo saber firmar

puede votar un idiota,

porque es hombre.

 

Él se abate y bebe o juega

en un revés de la suerte;

ella sufre, lucha y ruega;

(Permitidme que me asombre).

Ella se llama “ser débil”,

y él se apellida “ser fuerte”

porque es hombre.

 

Ella debe perdonar

si su esposo le es infiel;

mas, él se puede vengar;

(permitidme que me asombre)

en un caso semejante

hasta puede matar él,

porque es hombre.

 

¡Oh, mortal!

¡Oh mortal privilegiado,

que de perfecto y cabal

gozas seguro renombre!

para ello ¿qué te ha bastado?

Nacer hombre.

https://youtu.be/GBHsi6ZxJpY

 


Adela Zamudio boliviana nacida en 1854 es una interesantísima poeta y narradora neoromántica hoy menos conocida y leída -salvo en su país- de lo que ciertamente merece. Pionera del feminismo, activista social, algunos expertos creen que tendría que disfrutar en la historia de las letras en nuestro idioma un lugar similar al de Gabriela Mistral o de Juana de Ibarbourou, a las que se adelantó en el tiempo y en algunos de sus temas poéticos.

Pese a que apenas pudo recibir enseñanza reglada, porque las leyes de su país lo impedían para las mujeres en su tiempo (solo pudo estudiar hasta tercero de primaria), fue una autodidacta y lectora tan intensa que acabó de profesora y de impulsora de diversas instituciones docentes, entre ellas una academia de pintura en 1901 y un Liceo de Señoritas en 1916

No solo escribió poemas sino cuentos y artículos, colaborando en el Heraldo de Cochabamba, su ciudad natal. Las firmaba con el seudónimo de Soledad, y sola y soltera adrede vivió toda su vida. Muchos de aquellos textos denunciaban la discriminación de la mujer y divulgaban ideas progresistas y revolucionarias que caían como aldabonazos en la sociedad conservadora boliviana de la época, que la ignoraba, esquinaba o combatía. Al final de su vida, sin embargo, recibió reconocimientos oficiales, y medio siglo después de su muerte, que llegó a los 73 años en 1928, en el año 1980 la presidenta boliviana Lidia Gueiler Tejada decretó que cada año se celebrara en Bolivia el Día de la Mujer el 11 de octubre, fecha del nacimiento de Adela Zamudio.

Os dejo con la versión musicada de este poema realizado por Mabel Lema en su disco “Por Siempre ellas” de 2020

https://youtu.be/UDT7q6bhHCw

 


Como os comentaba entre su producción quedan muchos cuentos, que merecería la pena recordar, he recogido un pequeño cuento, que desgraciadamente sigue en vigor “La razón y la fuerza”

https://youtu.be/e2yK9hH2hus

 


En la tumba dde Adela Zamudio, figura un epitafio que dejó escrito ella misma, un cuarteto en endecasílabos en que cuenta mucho de sí misma

“Vuelo a morar en ignorada estrella,

libre ya del suplicio de la vida,

allá os espero; hasta seguir mi huella

lloradme ausente, pero no perdida”.

 

Buen domingo