SERENIDAD
Quiero serenidad, me dije un día,
quiero serenidad para morirme;
yo, que afronté la vida sin rendirme,
aceptaré la muerte sin porfía.
No quiero que me gane la impaciencia,
que este absurdo esperar sin esperanza
no se me haga tortura, a semejanza
de un turbio agonizar de la conciencia.
Para pasar el ecuador temido
quiero mi rebeldía, sosegada,
y el ímpetu domado y contenido,
que, si al fin, a morir he de rendirme,
no he de ser con la muerte porfiada.
Quiero serenidad para morirme.
Lucía Sánchez Saornil, Poesía, ed. Rosa María
Martín Casamitjana, Valencia, Pretextos / Instituto
Valenciano de Arte Moderno, 1996, p. 167
Sigo con el disco de Elena Aranoa, dedicado a poemas de mujeres olvidadas, La autora declaró: "La música es una herramienta maravillosa de comunicación", defiende Elena Aranoa el camino con el que ha conseguido hacer bella la reivindicación y el reconocimiento a tantas mujeres a las que la historia ha tratado injustamente. "Justicia poética, nunca mejor dicho".
Lucía Sánchez Saornil (Madrid 1895, Valencia 1970), es una de las mujeres claves de la Historia del feminismo, Es una de las impulsoras de la creación de "Mujeres Libres", una organización que se anticipó con mucho a su época y que llegó a contar con mas de veinte mil afiliadas, organización autónoma, que pretendía emancipar a la mujer de la triple esclavitud, "esclavitud de ignorancia, esclavitud de mujer y esclavitud productora", luchando contra la prostitución y favoreciendo la educación, el desarrollo de escuelas y guarderías en las empresas y por supuesto defendiendo el derecho a que "a igual trabajo, igual salario"
De clase obrera y autodidacta, publica su primer poema en 1914, y continua escribiendo hasta su fallecimiento, poemas modernistas, ultraistas, revolucionarios,... una variada producción, que se ha perdido en gran parte. En 1996, Rosa María Martín publicó veinticinco poemas, generalmente sonetos escritos al final de su vida, como este Serenidad, al que pone música Elena Aranoa
Buen inicio de semana