Rosa en Job
Todo hacia la muerte avanza
de
concierto,
toda la vida es mudanza
hasta
ser muerto!
¡Quién vio por tierra rodado
el
almenar
y tan alto levantado
el
muladar!
¡Mi existir se cambia y muda
todo
entero,
como árbol que se desnuda
en
el enero!
¡Fueron mis goces auroras
de
alegrías,
más fugaces que las horas
de
los días!
¡Y más que la lanzadera
en
el telar,
y la alondra, tan ligera
en
el volar!
¡Alma, en tu recinto acoge
al
dolor,
como la espiga en la troje
el
labrador!
¡Levántate, corazón,
que estás muerto!
¡Esqueleto de león
en
el desierto!
¡Pide a la muerte posada,
peregrino,
como espiga que granada
va
al molino!
¡La vida!... Polvo en el viento
volador.
¡Solo no muda el cimiento
del dolor!
Ramón María del Valle-Inclán: El pasajero (1920)
Texto leído por el propio Valle, grabación recogida en Voces de la Edad de Plata Editora del fonograma: Residencia de Estudiantes por Ramón del Valle Inclán
También fue cantada por Cecilia
Claves Líricas (https://www.planetadelibros.com/libro-claves-liricas/1035 ) se publica en 1930, y en él se agrupan los tres únicos libros de poemas. Aromas de leyenda (1907) un mundo poético de carácter tradicional. El Pasajero (1920), último en publicarse pero que Valle-Inclán insertó en segundo lugar, reconstruye el proceso estético y vital de transición del modernismo al esperpento, con elementos autobiográficos y un tono de amargor existencial. Finalmente en La Pipa de Kif (1919), culminación de su poesía, reviven ecos del vanguardismo expresionista europeo, en unos poemas de tono esperpéntico, simbolista y maldito que recrean una temática social.
Hoy os propongo seguir con otro poema del libro “El Pasajero” Rosa de Reloj
Es la hora de los enigmas,
cuando la tarde del verano,
de las nubes mandó un milano
sobre las palomas benignas.
¡Es la hora de los enigmas!
Es la hora de la paloma:
sigue los vuelos la mirada
de una niña. Tarde rosada,
musical y divina coma.
¡Es la hora de la paloma!
Es la hora de la culebra:
el diablo se arranca una cana,
cae del árbol la manzana
y el cristal de un sueño se quiebra.
¡Es la hora de la culebra!
Es la hora de la gallina:
el cementerio tiene luces,
se santiguan ante las cruces
las beatas, el viento agorina.
¡Es la hora de la gallina!
Es la hora de la doncella:
lágrimas, cartas y cantares,
el aire pleno de azahares,
la tarde azul, sólo una estrella.
¡Es la hora de la doncella !
Es la hora de la lechuza:
descifra escrituras el viejo,
se quiebra de pronto el espejo,
sale la vieja con la alcuza.
¡Es la hora de la lechuza!
Es la hora de la raposa:
ronda la calle una vihuela,
porta la vieja a la mozuela
Un anillo con una rosa.
¡Es la hora de la raposa!
Es la hora del alma en pena:
una bruja en la encrucijada,
con la oración excomulgada
le pide al muerto su cadena
¡Es la hora del alma en pena!
Es la hora del. lubricán:
acecha el mochuelo en el pino,
el bandolero en el camino,
y en el prostíbulo Satán.
¡Es la hora del lubricán!
Este poema fue musicado y grabado hace cuatro años por Javier Bergia y Begoña Olavide, en su disco “Burlesco”, una recopilación de poemas musicados, es el undécimo corte
Acabo con un extracto del libro “la Pipa de Kif”, el más esperpéntico y seguramente personal de su obra lírica, recitada por Mario Gas
Y una versión que realizó el grupo Ketama en 1987 basándose en el penúltimo de los veinte poemas que forman el libro “la tienda del herbolario”, abren el disco con varios de los versos escritos por Don Ramón
Buena semana que comienza