Al verla muerta
¡Probe Juanica! ¡Probe güertana…!
Por la sendica pal cimenterio la han llevao muerta
esta mañana…
¡Sa queao el cielo sin resplandores, sin luz la güerta…!
Fue la mocica, noble y bravía…
¡Fue la alegría
de éste partió!
El capullico más campanero que s’abré al día
y del almendro refloreció,
rama pulía.
Porlia sendica se lo llevaron su cuerpo yerto…
y dinde entonces el claro cielo de luto viste;
lloran los pájaros adentro el güerto…
¡Tuíco está triste!
El arroyico que se dilata,
disquía la choza que ella habitara, por tuíco el suelo
como una cinta e cascabelicos, como un espejo largo de plata,
cruza mudico, cruza enturbiao porque su cara ya no retrata,
y las palomas pal cimenterio guían el güelo…
¡Ya no más noches en su ventano lleno de luna, lleno de azahares
a los compases de mi guitarro
diré cantares!
¡Si s’ha marchao m’ascuchaba! ¡Pa icir pesares
el guitarrico ya sólo agarro!
La vida anoche muerta… ¡Qué hermosa!
En la mesica paecía dormía… Me entró una cosa…,
una de lloros cuando la vide con la mortaja,
rodía de cirios, blanquica y maja
como una rosa…
Por la sendica se la llevaron esta mañana… Y al verla muerta,
la palmerica mustió la palma;
se queó el cielo sin sus colores, sin luz la güerta,
tristes los pájaros, rota mi alma…
Miguel Hernández. En la huerta. 1930
Tampoco son conocidos los poemas de Miguel Hernández escritos en murciano. El anterior estaba cantado por El Niño de Elche en su disco del 2013, "Si a Miguel Hernández"
Otro poema similar, que también declama Emilio Gutiérrez Caba en el espectáculo que os comentaba ayer, es "En mi Barraquica". Poema que no ha sido musicado, pero creo que merece la pena escuchar
«Tiro piedras a un cordero,
y cada piedra que tiro
deja en la brisa un suspiro
y en el azul un lucero.»
MH
«¡En mi barraquica!»
¡Siñor amo, por la virgencica,
ascucha al que ruega!…
A este huertanico
de cana caeza,
a este probe viejo
que a sus pies se muestra
¡y enjamás s’humilló ante denguno
que de güesos juera!
¡Que namá se ha postrao elande Dios
de la forma esta!
M’oiga siño amo.
M’oiga osté y comprenda
que no es una hestoria que yo he fabricao
sino verdadera.
¿Por qué siñor amo
me echa de la tierra,
de la barraquica ande la luz vide
por la vez primera?
¿Porque no la cumplo? ¿Porque no le pagó?
¡Por la virgencica, tenga osté pacencia!
Han venío las güeltas malas, mu remalas.
¡Créalo! No han habío cuasi ná e cosechas:
Me s’heló la naranja del huerto;
no valió la almendra
y las crillas del verdeo, el río
cuando se esbordó, de ellas me dió cuenta
que las pudrió tuicas: no he recogío
pa pagar la juerza!
¡Créalo siñor amo! ¡Y si no osté vaya
a mi barraquica y verá pobreza!
Ella está en el derrumbe,
de agujeros llena,
por ande entra el sol, por ande entra el frío
y las lluvias entran
¡Créalo siño amo! Y también mi esposa
paece lo suyo y no por enferma,
que es de ver que sus pequeñujicos
de pan escasean,
y lo mesmo en verano que invierno
desnúas sus carnes las llevan.
¡Créalo siñor amo! y ¡Aspérese al tiempo
que cumplirle puea!
Yo le pagaré tuito lo que debo
¡Tenga osté pacencia!
¡Ay! no m’eche por Dios
de la quería tierra,
que yo quió morirme
ande yo naciera
¡En mi barraquica llena de agujeros,
de miseria llena!
Miguel era un hombre erudito pese a no haber podido tener una completa formación reglada, prueba de ello son sus versos adultos, como "El Rayo que no cesa", donde existen homenajes claros a los clásicos como Góngora
Buen miércoles