y en su piélago profundo
navego sin esperanza
de llegar a puerto alguno.
Siguiendo voy a una estrella
que desde lejos descubro,
más bella y resplandeciente
que cuantas vio Palinuro.
Yo no sé adónde me guía
y, así, navego confuso,
el alma a mirarla atenta,
cuidadosa y con descuido.
Recatos impertinentes,
honestidad contra el uso,
son nubes que me la encubren
cuando más verla procuro.
¡Oh clara y luciente estrella
en cuya lumbre me apuro
Al punto que te me encubras,
será de mi muerte el punto.
Miguel
de Cervantes Saavedra. Don Quijote Capítulo 43. 1605
Camino
de su aldea y acompañado del cura y el barbero, don Quijote se detiene en una
venta. Allí es testigo de otra historia de amor. Don Luis, enamorado de Clara
le canta a ésta la canción "Marinero soy de amor".
La
primera versión que os propongo podría ser la que se oía en el Quijote,
interpretada por el cuarteto de Urueña (preciosa villa), en la Iglesia de la
Anunciación con una melodía del rapsoda local (Joaquín Díaz) con arreglos y
dirección de César Carazo y Luis Delgado.
Esta
bella tonada tiene muchas versiones, por lo que es obligado elegir. La próxima
que os propongo es la realizada por Ferran Savall, hijo de Jordi Savall y
Montserrat Figueras en el disco citado estos días
La
siguiente, la del grupo Espliego, cantada por Pedro Chaparro, muy del Siglo de Oro
Acabo
con la versión de la santanderina Irene Atienza que lo canta en la presentación
de su disco “Salitre”, del 2018, seguido del primer tema del disco compuesto por
ella “Del mismo mar”. Una voz fantástica para seguir
Todos
los mares son el mismo mar. Buen miércoles