Desesperadamente busco y busco
Un algo, que sé yo qué, misterioso,
Capaz de comprender esta agonía
Que me hiela, no sé con qué, los ojos.
Un algo, que sé yo qué, misterioso,
Capaz de comprender esta agonía
Que me hiela, no sé con qué, los ojos.
Desesperadamente, despertando
Sombras que yacen, muertos que conozco,
Simas de sueño, busco y busco un algo,
Qué se yo dónde, si supieseis cómo.
Sombras que yacen, muertos que conozco,
Simas de sueño, busco y busco un algo,
Qué se yo dónde, si supieseis cómo.
A veces, me figuro que ya siento,
Que sé yo qué, que lo alzo y lo toco,
Que tiene corazón y que está vivo,
No sé en qué sangre o red, como un pez rojo.
Que sé yo qué, que lo alzo y lo toco,
Que tiene corazón y que está vivo,
No sé en qué sangre o red, como un pez rojo.
Desesperadamente, le retengo,
Cierro el puño, apretando el aire sólo…
Desesperadamente, sigo y sigo
Buscando, sin saber por qué, en lo hondo.
Cierro el puño, apretando el aire sólo…
Desesperadamente, sigo y sigo
Buscando, sin saber por qué, en lo hondo.
He levantado piedras frías, faldas
Tibias, rosas azules, de otros tonos,
Y allí no había más que sombra y miedo,
No sé de qué, y un hueco silencioso.
Tibias, rosas azules, de otros tonos,
Y allí no había más que sombra y miedo,
No sé de qué, y un hueco silencioso.
Alcé la frente al cielo: lo miré
Y me quedé, ¡Por qué, oh Dios!, dudoso:
Dudando entre quien sabe, si supiera
Qué sé yo qué, de nada ya y de todo.
Y me quedé, ¡Por qué, oh Dios!, dudoso:
Dudando entre quien sabe, si supiera
Qué sé yo qué, de nada ya y de todo.
Desesperadamente, esa es la cosa.
Cada vez más sin causa y más absorto
Qué sé yo qué, sin qué, oh Dios, buscando
Lo mismo, igual, oh hombres, que vosotros.
Cada vez más sin causa y más absorto
Qué sé yo qué, sin qué, oh Dios, buscando
Lo mismo, igual, oh hombres, que vosotros.
Blas de Otero Igual que vosotros
(fragmento)
En 1973 Hilario Camacho pone
música a parte del poema de Blas de Otero en su disco “A pesar de todo” de 1972
No conozco más versiones de
este poema así que continúo con la canción más conocida de ese disco. “Los cuatro
luceros”
Coincidí con Hilario por
casualidad en un grupo de teatro a mediados de los setenta, cinco o seis
sesiones y un par de comidas y de happenings. A pesar de ser mayor (tenía nueve
años más que yo y del resto del grupo) era divertido y ocurrente. Su vida acabó
pronto, pero creo que intentó vivirla plenamente, Hasta le llegó un cierto
éxito televisivo
Buen lunes