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14 de abril de 2021

Para tus manos Delmira Agustini cantada por Juan Valderrama

 


Manos que sois de la Vida,
manos que sois del Ensueño;
que disteis toda belleza
que toda belleza os dieron;
tan vivas como dos almas,
tan blancas como de muerto,
tan suaves que se diría
acariciar un recuerdo;
vasos de los elixires
los filtros y los venenos;
¡manos que me disteis gloria
manos que me disteis miedo!
Con finos dedos tomasteis
la ardiente flor de mi cuerpo...
Manos que vais enjoyadas
del rubí de mi deseo,
la perla de mi tristeza,
y el diamante de mi beso:
¡llevad a la fosa misma
un pétalo de mi cuerpo!
Manos que sois de la Vida,
manos que sois del Ensueño.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


¿En qué tela de llamas me envolvieron
las arañas de nieve de tus manos?
¡Red de tu alma y de tu carne, lía
mis alas y mis brazos!

Tú me llegaste de un país tan lejos
que a veces pienso si será soñado...
Venías a traerme mi destino,
tal vez desde el Olimpo, en esas manos;
y hoy que tu nave peregrina cruza
no sé que mar al soplo del Acaso,
ellas abren sin fin sobre mi vida,
como un cielo presente aunque lejano,
y de sus palmas armoniosas bajan
noches y días alhajados de astros,
o encapuzados de siniestras nubes
que me apuntan sus rayos...

Ellas me alzaron como un lirio roto
de mi tristeza como de un pantano;
me desvelaron de melancolías,
obturaron las venas de mi llanto,
las corolas de oro de mis lámparas
de insomnio deshojaron,
abrieron deslumbrantes los dormidos
capullos de mis astros,
y gráciles prendieron en mi pecho
la rosa del Encanto.

Mis alas embriagadas de pereza,
con dulzura balsámica peinaron,
les curaron las llagas de la tierra,
y apartando las puertas del Milagro,
con un gesto que hacía un horizonte
una vía de azur me señalaron...
Yo abrí los brazos al tender las alas...
¡quise volar... y desmayé en tus manos!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¿En qué tela de fuego me envolvieron
las arañas de nieve de tus manos?
¡Red de tu alma y de tu carne, lía
mis alas y mis brazos!

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¡Manos que sois de la Vida,
manos que sois del Ensueño;
manos que me disteis gloria,
manos que me disteis miedo!
Llevad a la fosa misma
un pétalo de mi cuerpo...

-¿Contendrán esas manos divinas, invisible,
el doloroso signo de las supremas leyes?...
¡Yo creo que solemnes, dominarán al Tiempo!
¡y dulces, juraría que hechizan a la Muerte!-

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¡Manos que sois de la Vida!
¡Manos que sois del Ensueño!
¡Manos que me disteis gloria!
¡Manos que me disteis miedo!

 

Delmira Agustini Poesías Completas

https://youtu.be/oIUyvN06vL8

 


Delmira Agustini fue una poeta uruguaya modernista (Montevideo 1886 a 1914) que escribió bastantes poemas a pesar de su muerte prematura a manos de su exmarido, siendo reconocida entre otros por Rubén Darío con quien mantuvo correspondencia. He puesto la versión que aparece en el disco de Juan Valderrama “Mujeres de carne y verso”, cantada por él junto a Carmen Linares

Delmira todavía adolescente, asombró y escandalizó a la sociedad burguesa con unos libros (El libro blanco, Cantos de la mañana, Los cálices vacíos) en los que, saltando todas las barreras del pudor, se cantaba al amor en sus más turbadores momentos. Por vez primera una mujer joven abría su corazón con impúdica desenvoltura, y en su lenguaje audaz y sugestivo sacaba a la luz sus íntimos sentires: anhelos sexuales, ansias frenéticas de goces, concupiscencias larvadas.

https://youtu.be/7gc6X5k9kfM

 


Sigo con otro de sus primeros poemas  de El libro Blanco, “Lo inefable

 

Yo muero extrañamente...No me mata la Vida,

no me mata la Muerte, no me mata el Amor;

muero de un pensamiento mudo como una herida...

¿No habéis sentido nunca el extraño dolor

 

de un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida,

devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?

¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida

que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...

 

Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,

desgarradora y árida, la trágica simiente

clavada en las entrañas como un diente feroz!...

 

Pero arrancarla un día en una flor que abriera

milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera

tener entre las manos la cabeza de Dios

 

https://youtu.be/mlyhFD3bLJg

 


Acabo con estas palabras de Eduardo Galeano 

“En esta pieza de alquiler fue citada por el hombre que había sido su marido; y queriendo tenerla, queriendo quedársela, él la amó y la mató, matándose él después.

Publican los diarios uruguayos la foto del cuerpo que yace tumbado junto a la cama, Delmira abatida por dos tiros de revólver, desnuda como sus poemas, las medias caídas, toda desvestida de rojo:

-Vamos más lejos en la noche, vamos…

Delmira Agustini escribía en trance. Había cantado a las fiebres del amor sin pacatos disimulos, y había sido condenada por quienes castigan en las mujeres lo que en los hombres aplauden, porque la castidad es un deber femenino y el deseo, como la razón, un privilegio masculino. En el Uruguay marchan las leyes por delante de la gente, que todavía separa el alma del cuerpo como si fueran la Bella y la Bestia. De modo que ante el cadáver de Delmira se derraman lágrimas y frases a propósito de tan sensible pérdida de las letras nacionales, pero en el fondo los dolientes suspiran con alivio: la muerta, muerta está, y más vale así.

Pero, ¿muerta está? ¿No serán sombra de su voz y ecos de su cuerpo todos los amantes que en las noches del mundo ardan? ¿No le harán un lugarcito en las noches del mundo para que cante su boca desatada y dancen sus pies resplandecientes? “

https://youtu.be/Uj8WOnHSu4s