Una puerta abierta a la música, la poesía, las versiones y a la sonrisa, con muchas pinceladas de cine y bandas sonoras. En recuerdo y homenaje al antiguo microprograma "Fonocopias" de Radio Nacional de España Radio 5
Ayer salía el nuevo disco de Sam Smith, aunque no acostumbro a poner música comercial, la voz de Sam, me emocionó desde la primera vez que la oí. Hace algún tiempo el amigo Midas en su blog Exquisiteces, la comparaba con la voz de Adele, y dado que las apariciones de ambos eran discontinuas y que no habían coincidido nunca, bromeaba con que pudiera ser la misma voz, en ambos casos. Desde luego una voz que inundam y que en su canal de youtube tenga cerca de 16 millones de seguidores, da idea de que algo se esconde tras este chico
Su nuevo disco, Gloria, salía ayer 27 de enero, trece canciones, bueno realmente once y dos interludios, dedicado por completo al amor, como escribía Luis García Higueras en su excelente artículo en el Diario.es, donde analiza el disco canción a canción, que os recomiendo y del que dejo enlace al final, "Sam Smith reivindica aprender a querer y a querese", en estos tiempos en que la guerra y la intolerancia parecen avanzar, la opción de querer a los demás (lo que es imposible si no te quieres antes a tí mismo) es una gran idea
Mi canción favorita es una que se había adelantado ya, "Love Me More", que es con la que comienza el disco, Aunque Sam dijo que escribió esta canción para alguien que se sienta diferente, creo que eso es aplicable a la mayor parte de nosotros, y un hecho que he visto y constatado demasiadas veces a lo largo de mi vida. Os dejo el vídeo con subtítulos en español
De los temas nuevos quizá el que más me ha gustado claramente ha sido "Six Shots", una canción suave y sensual, en la que la voz de Sam, se mezcla con violines y otras voces, Un placer escucharla. Os dejo también una versión subtitulada aunque en este caso en inglés
Y como no hay dos sin tres, acabo con el tema que cierra el disco, otro himno de amor, una declaración de intenciones “No está mal querer el mundo para otra persona. No es un sentimiento del
que puedas escapar. Queremos a quien queremos. Así que déjalo estar. No
puedes saberlo mejor que tu corazón. Da igual si están aquí o se fueron
hace tiempo. Queremos a quien queremos”.
Para cantarla se junta con otra gran voz del panorama musical Ed Sheeran. Esta vez hay subtítulos en inglés y español, para compensar
Padre y maestro mágico, liróforo celeste
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
diste tu acento encantador;
¡Panida! Pan tú mismo, con coros condujiste
hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
¡al son del sistro y del tambor!
Que tu sepulcro cubra de flores Primavera,
que se humedezca el áspero hocico de la fiera
de amor si pasa por allí;
que el fúnebre recinto visite Pan bicorne;
que de sangrientas rosas el fresco abril te adorne
y de claveles de rubí.
Que si posarse quiere sobre la tumba el cuervo,
ahuyenten la negrura del pájaro protervo
el dulce canto de cristal
que Filomela vierta sobre tus tristes huesos,
o la armonía dulce de risas y de besos
de culto oculto y florestal.
Que púberes canéforas te ofrenden el acanto,
que sobre tu sepulcro no se derrame el llanto,
sino rocío, vino, miel:
que el pámpano allí brote, las flores de Citeres,
¡y que se escuchen vagos suspiros de mujeres
bajo un simbólico laurel!
Que si un pastor su pífano bajo el frescor del haya,
en amorosos días, como en Virgilio, ensaya,
tu nombre ponga en la canción;
y que la virgen náyade, cuando ese nombre escuche
con ansias y temores entre las linfas luche,
llena de miedo y de pasión.
De noche, en la montaña, en la negra montaña
de las Visiones, pase gigante sombra extraña,
sombra de un Sátiro espectral;
que ella al centauro adusto con su grandeza asuste;
de una extrahumana flauta la melodía ajuste
a la armonía sideral.
Y huya el tropel equino por la montaña vasta;
tu rostro de ultratumba bañe la Luna casta
de compasiva y blanca luz;
y el Sátiro contemple sobre un lejano monte
una cruz que se eleve cubriendo el horizonte
¡y un resplandor sobre la cruz!
Me era difícil abandonar este libro sin poner este poema, un poema difícil, donde el preciosismo del lenguaje nos transporta a otra realidad. Rubén Dario debe mucho de su obra a la influencia de Verlaine, al que llegó a conocer, en París, sin mucho interés de éste por el joven muchacho, También Verlaine tiene bastante que ver en la poesía inicial de otro poeta, también un poco maldito, Manuel Machado. De la primera etapa de su obra os pondré ejemplos la semana próxima.
Como no hay o no conozco ninguna versión musicada de este poema, que en verdad, se me hace labor compleja, he elegido otro poema del mismo disco con el que cerré ayer la entrada, los cordobeses Nervio, que musican así el poema nº 101 de las flores del mal de Baudelaire, Brumas y Lluvias, al fin y al cabo fue Verlaine el que puso el título de poeta maldito a Baudelaire
Brumes et pluies
O fins d'automne, hivers, printemps trempés de boue, Endormeuses saisons! je vous aime et vous loue D'envelopper ainsi mon coeur et mon cerveau D'un linceul vaporeux et d'un vague tombeau.
Dans cette grande plaine où l'autan froid se joue, Où par les longues nuits la girouette s'enroue, Mon âme mieux qu'au temps du tiède renouveau Ouvrira largement ses ailes de corbeau.
Rien n'est plus doux au coeur plein de choses funèbres, Et sur qui dès longtemps descendent les frimas, O blafardes saisons, reines de nos climats,
Que l'aspect permanent de vos pâles ténèbres, - Si ce n'est, par un soir sans lune, deux à deux, D'endormir la douleur sur un lit hasardeux.
Brumas y lluvias
Oh, finales de otoño, inviernos, primaveras lluviosas,
yo os alabo y os amo sobre todas las cosas:
mi alma se siente envuelta de una mortaja leve;
algo como una tumba ya presentimos,.. Llueve.
En esta gran llanura que el ábrego oscurece,
cuando en las largas noches la veleta enronquece,
mi alma, mejor aún que en días de tibieza,
sus dos alas lo mismo que un cuervo despereza.
Nada hay más dulce al alma llena de tristes cosas
y que guarda hace tiempo vuestras gélidas rosas,
reinas de nuestros climas, pálidas estaciones,
que el permanente aspecto de vuestros corazones,
si no es, en una noche sin luna, lado a lado,
amansar el dolor en un lecho alquilado. Charles Baudelaire. Las Flores del Mal(1857)
Señora, Amor es violento,
y cuando nos transfigura
nos enciende el pensamiento
la locura.
No pidas paz a mis brazos
que a los tuyos tienen presos:
son de guerra mis abrazos
y son de incendio mis besos;
y sería vano intento
el tornar mi mente obscura
si me enciende el pensamiento
la locura.
Clara está la mente mía
de llamas de amor, señora,
como la tienda del día
o el palacio de la aurora.
Y el perfume de tu ungüento
te persigue mi ventura,
y me enciende el pensamiento
la locura.
Mi gozo tu paladar
rico panal conceptúa,
como en el santo Cantar:
Mel et lac sub lingua tua.
La delicia de tu aliento
en tan fino vaso apura,
y me enciende el pensamiento
la locura.
Cuarto poema de Prosas Profanas para acabar la semana, es uno de los siete poemas que componen el apartado "Dezires, layes y canciones". Si alguno temía que este jueves os pusiera "Los centauros", no ha sido así, un poema largo de cuando en cuando está bien pero no hay que abusar. En el año 2000, se publica un disco conjunto titulado "Tributo a Ruben Dario" donde varios autores ponen música y cantan sus poemas. El disco comienza con esta versión de Bunbury
La última versión es un vídeo subido a internet poe el grupo Ciervo Azul, del que no tengo más información, excepto su adhesión al canal de musica independiente Motif Música. La versión me gusta bastante
Pero la última versión es la realizada por Javier Díaz (Javi Nervio) y su banda, que desde Córdoba, sacan el disco Nervio canta a los grandes poemas, que incluye esta versión con un vídeo en un directo de septiembre de 2022
El mar como un vasto cristal azogado
refleja la lámina de un cielo de zinc;
lejanas bandadas de pájaros manchan
el fondo bruñido de pálido gris.
El sol como un vidrio redondo y opaco
con paso de enfermo camina al cenit;
el viento marino descansa en la sombra
teniendo de almohada su negro clarín.
Las ondas que mueven su vientre de plomo
debajo del muelle parecen gemir.
Sentado en un cable, fumando su pipa,
está un marinero pensando en las playas
de un vago, lejano, brumoso país.
Es viejo ese lobo. Tostaron su cara
los rayos de fuego del sol del Brasil;
los recios tifones del mar de la China
le han visto bebiendo su frasco de gin.
La espuma impregnada de yodo y salitre
ha tiempo conoce su roja nariz,
sus crespos cabellos, sus bíceps de atleta,
su gorra de lona, su blusa de dril.
En medio del humo que forma el tabaco
ve el viejo el lejano, brumoso país,
adonde una tarde caliente y dorada
tendidas las velas partió el bergantín…
La siesta del trópico. El lobo se aduerme.
Ya todo lo envuelve la gama del gris.
Parece que un suave y enorme esfumino
del curvo horizonte borrara el confín.
La siesta del trópico. La vieja cigarra
ensaya su ronca guitarra senil,
y el grillo preludia un solo monótono
en la única cuerda que está en su violín
Sinfonía en gris mayor está dentro del grupo de poemas Varia. De nuevo es un poema inspirado en el Mar, un poema donde la nostalgia se envuelve con las gamas del gris, y donde las esperanzas se llenan de humo gris mientras suena la música, que da nombre al poema. En el disco Ruben Dario para cantar del que hablaba el lunes, "Dario Nuestro" (2016; octavo y penúltimo corte) aparece este poema musicado por Juan Luis Dammert y cantado por Piero Bustos
El nicaraguense Richard Loza, le puso música, para ser emitido por la televisión de Nicaragua, sobre el año 2017, una preciosa musicalización del poema
¿Recuerdas que querías ser una Margarita
Gautier? Fijo en mi mente tu extraño rostro está,
cuando cenamos juntos, en la primera cita,
en una noche alegre que nunca volverá.
Tus labios escarlatas de púrpura maldita
sorbían el champaña del fino baccarat;
tus dedos deshojaban la blanca margarita,
«Sí... no... sí... no...» ¡y sabías que te adoraba ya!
Después, ¡oh flor de Histeria! llorabas y reías;
tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo;
tus risas, tus fragancias, tus quejas, eran mías.
Y en una tarde triste de los más dulces días,
la Muerte, la celosa, por ver si me querías,
¡como a una margarita de amor, te deshojó!
La muerte del ser amado vuelve a estar presente en la poesía, y que otra cosa, sino el amor, la muerte y la vida merecen ser recreados en nuestras plegarias. Es el décimo cuarto poema del libro, y en el 2010,
fue grabado para el disco "La palabra en el Tiempo" (tercera pista), por Paula Chantada con música de Santiago Gómez-Valverde. En
el siguiente vídeo la podemos oír en un directo en la sede de la SGAE de
Madrid
Creo que es obvio, pero en las búsquedas e incluso en alguna base de datos, hay algún error, no hay que confundir esta Margarita, amada, con la Margarita Debayle, a la que normalmente asociamos el nombre de Rubén Dario. Esta última era una niña, y a pesar de los amorios variados que tuvo Ruben Darío, no parece que fuera el caso. Bromas aparte os dejo con la entrada de hace algo mas de dos años, donde os hablaba de ese poema, que es tan lindo que nunca está de mas recordar
El gran amor de Rubén Dario, por lo menos fue el mas largo, aunque acabaron separandose, fue con una madrileña, llamada Francisca Sánchez, hija de un jardinero del Retiro, Se fué con ella a París y se casaron por lo civil (ya que Rubén Dario seguia casado con su segunda mujer) y allí vivieron varios años. Tras morir Ruben Dario Francisca se casó con José Villacastín, que logró recuperar gran parte de la obra de Rubén Dario, y que luego donó al Estado Español, este hombre era el abuelo de Rosa Villacastín, que lo ha contado en la tele en alguna ocasión, y así mezclamos un poco de prensa rosa con música y poesía que todo es necesario en la vida
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
Rubén Darío. Prosas Profanas y otros poemas (1896)
De Machado a Rubén Darío, aunque debería haber sido al revés ya que Machado conoció a Rubén Darío en 1902, un año después de que publicara este libro como lo conocemos hoy en día en Paría. En 1896 lo había publicado en Buenos Aires y el libro constaba de 33 poemas, tres menos que la edición posterior y con el título de Poemas Liminares, en vez del de Prosas Profanas
Prosas Profanas es un libro muy interesante, el libro con el que alcanzó la fama tras el famoso Azul, y publicado el mismo año que Los Raros, un interesante libro en Prosa donde Rubén Darío habla de sus preferencias literarias
Sonatina es el tercer poema del libro, un libro donde se mezcla lo fantastico, princesas y magia con el amor mas romántico y el amor más erótico, así como referencias mitológicas varias, Al final os dejaré la referencia de la página de la Cervantes Virtual donde se puede consultar o descargar un facsimil de la edición de 1915, con una interesante introducción y un breve prólogo de Ruben Dario
El uruguayo Hector Numa Moraes lo musica y canta de forma íntegra en su disco de 1982, Nunca Volverá el pasado, Nuño Moraes canta a Nicaragua, pero los vídeos que he encontrado son del disco íntegro y con no muy buena calidad, por lo que os propongo escuchar la versión de la peruana Patricia Saravia, en el disco "Dario Nuestro" donde el peruano Juan Luis Dammet, en el año 2016 pone musica a nueve poemas de Ruben Dario. Solo he encontrado el vídeo del disco íntegro pero este poema es el del comienzo del disco
Acabo con una curiosidad al igual que hace un par de semanas. AL parecer Joaquín Sabina tenía en mente este poema al escribir su conocida canción "Princesa". En la web de Poemas,uned,es, escriben: "Sabina relaciona intertextualmente la historia de su princesa,
atormentada por las drogas en los años 80 de Madrid, con la triste
princesa de la «Sonatina» de Rubén Darío. Darío, al comienzo del poema,
dice de su princesa que: «Los suspiros se escapan de su boca de fresa».
Para Sabina, la mujer protagonista de su canción, antes de arruinarse la
vida con la heroína, era: «la princesa / de la boca de fresa».
Asi sonaba esta canción en 1986, poco despues de publicarla en su disco "Juez y Parte".