Primer amor
¡Qué sorpresa tu
cuerpo, qué inefable vehemencia!
Ser todo esto tuyo, poder gozar de todo
sin haberlo soñado, sin que nunca
un ligero esperar prometiera la dicha.
Esta dicha de fuego que vacía tu testa,
que te empuja de espaldas,
te derriba a un abismo
que no tiene medida ni fondo.
¡Abismo y solo abismo
de ti hasta la muerte!
¡Tus brazos!
Son tus brazos los mismos de otros días,
y tiemblan y se cierran en torno de su cuerpo.
Tu pecho, el que suspira, ajeno, estremecido
de cosas que tú ignoras,
de mundos que lo mueven...
¡Oh pecho de tu cuerpo, tan firme y tan sensible
que un vaho lo pone turbio
y un beso lo traspasa!
¡Si nunca nadie dijo que así se amaba tanto!
¿Podías tú esperar que ardieran tus cabellos,
que toda cuanta eres cayeras como lumbre
en un grito sin cifra,
desde una cordillera gritada por la aurora?
¿Ceniza tú algún día? ¿Ceniza esta
locura
que estrenas con la vida recién brotada al mundo?
¡Tú no te acabas nunca, tú no te apagas nunca!
Aquí tenéis la lumbre, la que lo coge todo
para quemar el cielo subiéndole la tierra.
Carmen Conde. Ansia de la gracia, Col. Adonais, 1945.
Acabar la semana poética con otra mujer de las olvidadas de la Generación del 27, quizá un poco menos olvidada porque fue la primera mujer en llegar a la Real Academia Española de la Lengua en 1979, Insigne poeta su primer libro es una delicia que se puede leer en la Biblioteca Virtual Cervantes, titulado “Brocal” y publicado en 1929 con veintidós años, El poema que he elegido es el número V del grupo Círculo Máximo, y musicado por Inés Fonseca para su último disco que comentaba hace dos días, Este es el texto:
“Mi luz recorre todo tu paisaje interior.
Me veo en todo, tú hecha mil yos chiquititas: yo, sólo perfil. Yo, sólo frente. Yo, sólo hombros.
Invado las galerías de tu silencio, descorro tus ventanas y sonrío...
¡Ríe tú, que mi sonrisa es toda la mañana descalza!”
Os dejo con Inés que lo presenta y lo canta
Ansia de la gracia es su primer publicación con su nombre tras la Guerra civil, a pesar de haber sido juzgada previamente vueleve a ser denunciada y juzgada en 1949, Otra vida de exilio interior como la de Vicente Aleixandre con el que compartió edificio. A acabo con otro poema más reciente del año 1962 “En la Tierra de Nadie” que da título al libro de poemas:
“En la tierra de nadie, sobre el polvo
que pisan los que van y los que vienen,
he plantado mi tienda sin amparo
y contemplo si van como si vuelven.
Unos dicen que soy de los que van,
aunque estoy descansando del camino.
Otros «saben» que vuelvo, aunque me calle;
y mi ruta más cierta yo no digo.
Intenté demostrar que a donde voy
es a mí, sólo a mí, para tenerme.
Y sonríen al oír, porque ellos todos
son la gente que va, pero que vuelve.
Escuchadme una vez: ya no me importan
los caminos de aquí, que tanto valen.
Porque anduve una vez, ya me he parado
para ahincarme en la tierra que es de nadie”
(En el fondo suena Paco de Lucía y Manha de Carnaval)
Este poema fue musicalizado por Sheila Blanco (Cantando a las poetas del 27; octavo corte) publicado en enero de este año
En cualquier caso podéis oir (y comprar si lo deseáis) el álbum íntegro en la plataforma Bandcamp
https://sheilablanco1.bandcamp.com/album/cantando-a-las-poetas-del-27
Y una imagen de la cartagenera Carmen Conde en su nombramiento en 1979
Buen viernes lluvioso de otoño (o primavera según donde residas)
¡Qué transparencia tiene la lluvia en el huerto!
Recta, afilada, continua...
El cielo está más bajo. Se respira el gran aliento del mar.
¡Recta, afilada, continua... qué transparencia tiene la lluvia en el huerto!
(Carmen Conde Brocal)