Hoy vuelvo a la ciudad enamorado
donde un día los dioses me envidiaron.
Sus altas torres, que por mí brillaron,
pavesa sólo son desmantelada.
De cuanto yo recuerdo, ya no hay nada:
plazas, calles, esquinas se borraron.
El mirto y el acanto me engañaron,
me engañó el corazón de la granada.
Cómo pudo callarse tan deprisa
su rumor de agua clara y fácil nido,
su canción de árbol alto y verde brisa.
Dónde pudo perderse tanto ruido,
tanto amor, tanto encanto, tanta risa,
tanta campana como se ha perdido.
Antonio Gala. Sonetos de La Zubia (1987)
Tras hablar la semana pasada de dos granadinos ilustres (Luis García Montero y Miguel Ríos), voy a dedicar esta semana a un libro inspirado en gran medida por otro artista granadino el escultor Rafael Marín Girón, pareja sentimental durante más de una década de Antonio Gala, natural de La Zubia, pequeña localidad desde donde se divisa Granada y donde se crea la Leyenda del Laurel de la Reina (dicen que Isabel la Católica, se acercó a La Zubia durante el asedio de Granada a divisar la ciudad que ansiaba, siendo atacada por las tropas del Rey de Granada, y ganando la batalla de forma milagrosa)
El libro se publicó en 1987 en el diario ABC, y es solo parte del mismo, según relataba Gala existía un manuscrito de ciento un sonetos que se perdieron en una taberna del Albaycin, siendo reescritos parte de memoria
Poemas de amor y desamor, han sido musicados en su mayor parte por Clara Montes y algunos como los dos que previamente he recogido por más gente como Antonio Vega o Eduardo Aute. Esta es la versión de Clara Montes, de su disco de 1998. Clara Montes canta a Antonio Gala (segunda pista)
Buen inicio de semana