Si
me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!
no por zonas de luz o sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta!
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda… O no me quieras!
(Dulce
María Loynaz. Versos 1920-1938. -1938-)
Aprovechando
que estábamos de paseo virtual por Cuba y que os recomendaba un documental
sobre un poeta que considero íntegro, me ha parecido oportuno el hablar de otra
gran poeta cubana del siglo XX, poco conocida aunque si reconocida (acumula muchos
premios, ente ellos el Cervantes de 1992) y que desde una perspectiva
anticastrista y católica se mantuvo en su país viviendo como creía. Como decía
Carlos Edmundo de Ory: “En todas las veredas sangran seres humanos” y
lo importante es querernos a nosotros mismo, y que los demás nos quieran tal y
como somos, Asi recitan este poema Rozalen y Beatriz
Existen
dos versiones musicalizadas de este poema la de Yamila Guerra, y la que aparece
en el disco “Eternidad” que publicó en 1999 el cantautor cubano Amaury Pérez
con doce poemas de Dulce María Loynaz, pero no me acaba de convencer su versión
por lo que después de escuchar el disco, y seleccionar los poemas disponibles, he
pensado en incluir otro pequeña de esta intimista poetisa, titulado “Precio”,
esta es su letra
Toda
la vida estaba
en
tus pálidos labios...
Toda
la noche estaba
en
mi trémulo vaso...
Y
yo cerca de ti,
con
el vino en la mano,
ni
bebí ni besé...
Eso
pude: Eso valgo.
Buen
día a pesar de tanta oscuridad