Abre tus ojos anchos al asombro
 cada mañana nueva y acompasa
 en místico silencio tu latido
 porque un día comienza su voluta
 y nadie sabe nada de los días
 que se nos van y luego se deshacen
 en polvo y sombra. Nadie sabe nada.
Pisa la tierra, vierte la simiente,
 coge la flor y el fruto: sin palabras,
 pues nadie sabe nada de la tierra
 muda y fecunda que, en silencio, brota,
 y nadie sabe nada de las flores
 ni de los frutos ebrios de dulzura.
Mira la llamarada de los árboles,
 bebiéndose lo azul: contempla, toca
 la piedra inmóvil de alma intraducible
 y el agua sin contornos que camina
 por sus trazados cauces, ignorándolos.
 Sueña sobre ellos. Sueña. Sin decirlo.
 Pues nadie sabe nada de los árboles
 ni de la piedra ni del agua en fuga.
Mira las aves altas, desprendidas,
 limando el sol al golpe de sus alas;
 toma del aire el trino y el gorjeo,
 pero no quieras traducir su ritmo,
 pues nadie sabe nada de los pájaros.
Mira la estrella, vuela hacia su altura,
 toma su luz y enciéndete la frente,
 pero no inquieras su remoto arcano
 pues nadie sabe nada de la estrella.
Besa los labios y los ojos; goza
 la carne del amante sazonada
 secretamente para ti; acomete
 con decisión humilde la tarea
 del imperioso instinto: crece en ramas
 mas nada digas del tremendo rito
 pues nadie sabe nada de los besos,
 ni del amor ni del placer, ni entiende
 la ruda sacudida que nos pone
 al hijo concluido entre los brazos.
Clama sin grito, llora sin estruendo
 pues nadie sabe nada de las lágrimas.
Vete a hurtadillas. Con discreto paso.
 Traspasa quedamente la frontera.
 Pues nadie sabe nada de la muerte.
Angela Figuera Aymerich. Víspera de la vida (1953)
Cerramos la semana dedicada a Angela Figuera Aymerich, es posible que proximamente se publiquen más poemas musicados.
Acabo con una versión de su poema más conocido, "No quiero" cantada por Juan Valderrama y Rozalen, subida por Juan Valderrama en el día de la poesía de 2021 (17 marzo 2021)
Buen jueves
PS: Copio este texto de la autora escrito en 1965, y recogido del Blog del Maestro Fernando Lucini
«Todo lo que 
puedo decir de mi poesía está en mi poesía. La escribí siempre aunque no
 publiqué hasta 1948. Nunca me pregunté por qué o para qué la hacía. 
Obedecía a un impulso esencial de origen desconocido que me llevaba al 
intento de crear con la palabra aquella belleza que tanto me emocionaba 
cuando la leía en los poetas a mi alcance. Una primera poesía imitativa,
 vacilante, intimista y mala sin duda alguna. La vida misma, más 
adelante, concretó y afinó mis temas: amor de mujer y de madre, 
misterios del pensamiento, de la vida y la muerte, paisaje interpretado.
 De pronto los tremendos golpes de nuestra guerra y la guerra mundial, 
la intimidad feliz se desgarra, el suelo se hunde, los sueños se 
quiebran, las perspectivas se transmutan y confunden entre la negrura 
del humo y el rojo de la sangre. Entro en contacto con el odio, la 
codicia, la destrucción, la injusticia, la muerte innumerable, 
antinatural e ilícita. El hambre pisándonos los talones; el desprecio 
hacia el hombre y hacia la libertad humana. Hay que vivir contra todo y a
 pesar de todo en un mundo convulsivo y atroz. Vivir viviéndolo todo y 
sufriéndolo todo con todos. Terminó la inmensa soledad del poeta. El 
impuso  primario de expresarse y crear belleza con la palabra es el 
mismo. Las circunstancias no. Lo que he visto padecer, padeciéndolo, lo 
que sigo viendo, me acucia con exigencia imperiosa. Tengo que gritar 
contra ello y buscar algo que oponer al derrumbe. Crear belleza, pura, 
inútil, y cruel en su exclusividad, ya no es bastante. Hay que hacer 
algo  más con la poesía, que es mi herramienta, como cualquier hombre 
tiene que hacerlo con la herramienta de que disponga y pueda manejar, 
para salvarnos y ayudarnos unos a otros. Mas, la poesía ¿servirá para 
algo? Dice Bertrand Ruseell: "Todo hombre, puede servir para 
perfeccionar el mundo". Intentémoslo, pues».
Cantemos como quien respira 01.2.2012
http://fernandolucini.blogspot.com/2012/02/angela-figuera-vivir-viviendolo-todo-y.html