Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
Pablo Neruda. “20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada” (sexto poema). Junio de 1924
Es otoño y ciertamente como alguien me recordó el otro día los poemas y las canciones de otoño suelen ser tristes, para empezar el otoño y dado que en este verano he vuelto a tiempos adolescentes, he pensado en este poema de un libro que fue un tiempo breve uno de mis favoritos. Neruda lo publica con 19 años, así que es normal esa pasión que destilan estos poemas, que siempre agradan recordar.
En 1977, Paco Ibáñez publica con el argentino “Cuarteto Cedrón” su albúm “Paco Ibáñez canta a Pablo Neruda” que incluye esta versión musicada. Es un disco curioso como cuentan en le vídeo que incluyo, que por un lado del LP tenía poemas del poeta argentino (de ascendencia asturiana) Raúl González Tuñón, y por el otro seis poemas del libro “20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada”. Me parece una gran versión acorde con el cantante y los músicos que le acompañaban
No conozco más versiones grabadas. Em internet, se puede escuchar la que realiza el cantautor Vicente Monera, que como suele ser habitual en él presenta interpretaciones muy propias de cada un ode los poemas a los que se enfrenta. A mí personalmente me gusta porque contrasta con la de Paco Ibáñez, y da otra magia al poema (de las muchas que debe tener).
Y para despedirme, al hablar de este libro no puedo evitar que se me venga a la memoria un ingenioso juego de palabras del admirado Luis Eduardo Aute, quien en 1985, publica su disco “20 canciones de amor y un poema desesperado” , que incluye veinte de sus canciones de amor, un prólogo (¡Lástima Luis!) y un epílogo que es el poema desesperado con el que me despido
Buen jueves otoñal
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, deja tu opinión y/o sugerencia. GRACIAS POR COMENTAR