El
mundo que yo no viva
lo pensé como cosa extraña,
como arca de maravilla.
Ay de mi vida
Allí ¿sonará la lluvia
junto al fuego las noches frías?
¿Tendrá Agosto en el río barcas?
Y tú ¿la gentil sonrisa?
¿Brillará en el papel que siembro
la negra flor de la tinta?
Ay de mi vida
¿Será posible que vengan
los amigos y que "Era" digan
"un hombre, y te quiso mucho"
y "Mucho" llorando digas?
Es el mundo que no conozco,
Atlántida sumergida.
Ay de mi vida.
Allí las palmeras echan
esmeraldas. Allí las crías
del delfín esmeraldas pacen.
Allí no hay noche ni día:
cuando ordeñan a los rebaños,
de púrpura el mar se agría,
Ay de mi vida.
Más limpio que agua de oro
es el mundo que yo no viva:
no hay naves de arar espumas
ni arado para las viñas;
el gran árbol le da su fruto
al que el nombre del fruto diga.
Ay de mi vida.
Ese mundo no es el mío:
es el tuyo: el que en tus pupilas
hundido está desde siempre
y no lo alcanza mi vista.
A ese mundo quisiera entrar,
antes que suene la hora
- ay - de mi vida.
lo pensé como cosa extraña,
como arca de maravilla.
Ay de mi vida
Allí ¿sonará la lluvia
junto al fuego las noches frías?
¿Tendrá Agosto en el río barcas?
Y tú ¿la gentil sonrisa?
¿Brillará en el papel que siembro
la negra flor de la tinta?
Ay de mi vida
¿Será posible que vengan
los amigos y que "Era" digan
"un hombre, y te quiso mucho"
y "Mucho" llorando digas?
Es el mundo que no conozco,
Atlántida sumergida.
Ay de mi vida.
Allí las palmeras echan
esmeraldas. Allí las crías
del delfín esmeraldas pacen.
Allí no hay noche ni día:
cuando ordeñan a los rebaños,
de púrpura el mar se agría,
Ay de mi vida.
Más limpio que agua de oro
es el mundo que yo no viva:
no hay naves de arar espumas
ni arado para las viñas;
el gran árbol le da su fruto
al que el nombre del fruto diga.
Ay de mi vida.
Ese mundo no es el mío:
es el tuyo: el que en tus pupilas
hundido está desde siempre
y no lo alcanza mi vista.
A ese mundo quisiera entrar,
antes que suene la hora
- ay - de mi vida.
Agustín García Calvo, “Canciones y soliloquios”. Escrito sobre 1958-60
Agustín García
Calvo es un zamorano ilustre, nació en Zamora en 1926 y murió en su ciudad en
2012 a los 86 años. Mientras fue un espíritu libre, filólogo, filósofo, poeta,
pensador, ensayista, ... También fue pobre será porque los paseos por el Duero
animan más a la reflexión que al acopio de riquezas. Recojo una frase de la que
se hizo eco el diario “La Opinión” de
Zamora: «No os preocupéis por el mañana; el mañana cuidará de sí mismo; a
cada día con su mal le basta».
Poco más que
recomendar sus obras, tanto las oficiales como las oficiosas, incluyendo el “Manifiesto
de la Comuna Antinacionalista de Zamora” escrita y repartida por los bares de París
en 1970, junto al “Comunicado del Despilfarro” todo muy representativo de los
setenta , lugar donde conoce a Amancio Prada.
Este y su amigo Chicho Sánchez
Ferlosio (otro espíritu libre con alma poética) puso la música a este poema.
Versiones pocas, la escuchada es la del disco de Amancio Prada “De la mano del aire” de 1984. “El mundo que yo no viva” era el poema con el que se abría el disco.
Cuatro años más tarde María Dolores Pradera grabó otra versión junto a Amancio
Prada en su disco “A mis amigos”. En el siguiente vídeo los podéis ver en un directo
Hay otra versión
realizada en noviembre de 2013 en el CCCB como homenaje a Agustín García Calvo
donde los Pérez-Hita y Rubén Ramos lo interpretaron
Acabo con una
interpretación en solitario de Amancio Prada en el Claustro de la Iglesia de
San Benito en Valladolid en el 2007
Acabo con esta
frase: «Agustín García Calvo -escribe Amancio Prada- es uno de los raros
hombres libres que he tenido la suerte de conocer»