Una puerta abierta a la música, la poesía, las versiones y a la sonrisa, con muchas pinceladas de cine y bandas sonoras. En recuerdo y homenaje al antiguo microprograma "Fonocopias" de Radio Nacional de España Radio 5
Traten otros del gobierno
Del mundo y sus monarquías,
Mientras gobiernan mis días
Mantequillas y pan tierno,
Y las mañanas de invierno
Naranjada y aguardiente,
Y ríase la gente.
Coma en dorada vajilla
El príncipe mil cuidados,
Cómo píldoras dorados;
Que yo en mi pobre mesilla
Quiero más una morcilla
Que en el asador reviente,
Y ríase la gente.
Cuando cubra las montañas
De blanca nieve el enero,
Tenga yo lleno el brasero
De bellotas y castañas,
Y quien las dulces patrañas
Del Rey que rabió me cuente,
Y ríase la gente.
Busque muy en hora buena
El mercader nuevos soles;
Yo conchas y caracoles
Entre la menuda arena,
Escuchando a Filomena
Sobre el chopo de la fuente,
Y ríase la gente.
Pase a media noche el mar,
Y arda en amorosa llama
Leandro por ver a su Dama;
Que yo más quiero pasar
Del golfo de mi lagar
La blanca o roja corriente,
Y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel,
Que de Píramo y su amada
Hace tálamo una espada,
Do se junten ella y él,
Sea mi Tisbe un pastel,
Y la espada sea mi diente,
Y ríase la gente. Luis de Góngora y Argote: Letrillas burlescas 1580. (publicado en el Manuscrito Vicuña 1627)
Las letrillas de Góngora son largas, por lo que he optado
por poneros un vídeo con subtítulos. Ayer hablaba de Valle, una característica
que no comenté fue su enemistad con Echegaray, ya que Echegaray no cultivó la
poesía (salvo que se asuma la lírica que radica en la matemática), he trasladado
la disputa trescientos años en el tiempo y ciento y pico kilómetros desde Madrid
a Valladolid, siendo los actores Francisco de Quevedo, joven impertinente fiel espejo
de Valle y Luis de Góngora, aunque es cierto que seguramente no fue tanta la
disputa entre ellos como lo que nos contaban en nuestros viejos libros de texto
Volviendo al poema de hoy seguro que recordáis los más mayores
la versión de Paco Ibáñez en su primer disco de 1964 (noveno corte), os
dejo un vídeo con esa versión y otra que grabó posteriormente en el 2008
El otro motivo de hablar de Góngora es que al re-escuchar
el disco de Javier Bergia y Begoña Olavide, recordé otra letrilla de
Góngora “Ya de mi dulce instrumento”, que titularon como el estribillo “Y
digan lo que yo digo”, son ciento diez versos y la canción no comprende la
totalidad del poema y se ha cambiado ligeramente el orden de las estrofas, por
lo que he optado por no dejar la letra
Todo hacia la muerte avanza
de
concierto,
toda la vida es mudanza
hasta
ser muerto!
¡Quién vio por tierra rodado
el
almenar
y tan alto levantado
el
muladar!
¡Mi existir se cambia y muda
todo
entero,
como árbol que se desnuda
en
el enero!
¡Fueron mis goces auroras
de
alegrías,
más fugaces que las horas
de
los días!
¡Y más que la lanzadera
en
el telar,
y la alondra, tan ligera
en
el volar!
¡Alma, en tu recinto acoge
al
dolor,
como la espiga en la troje
el
labrador!
¡Levántate, corazón,
que estás muerto!
¡Esqueleto de león
en
el desierto!
¡Pide a la muerte posada,
peregrino,
como espiga que granada
va
al molino!
¡La vida!... Polvo en el viento
volador.
¡Solo no muda el cimiento
del dolor!
Texto leído por el propio Valle, grabación recogida en Voces
de la Edad de Plata Editora del fonograma: Residencia de Estudiantes por Ramón
del Valle Inclán
Claves Líricas (https://www.planetadelibros.com/libro-claves-liricas/1035)
se publica en 1930, y en él se agrupan los tres únicos
libros de poemas. Aromas de leyenda (1907) un mundo poético de carácter
tradicional. El Pasajero (1920), último en publicarse pero que
Valle-Inclán insertó en segundo lugar, reconstruye el proceso estético y vital
de transición del modernismo al esperpento, con elementos autobiográficos y un
tono de amargor existencial. Finalmente en La Pipa de Kif (1919),
culminación de su poesía, reviven ecos del vanguardismo expresionista europeo,
en unos poemas de tono esperpéntico, simbolista y maldito que recrean una
temática social.
Hoy os propongo seguir con otro poema del libro “El Pasajero”
Rosa de Reloj
Es la hora de los enigmas,
cuando la tarde del verano,
de las nubes mandó un milano
sobre las palomas benignas.
¡Es la hora de los enigmas!
Es la hora de la paloma:
sigue los vuelos la mirada
de una niña. Tarde rosada,
musical y divina coma.
¡Es la hora de la paloma!
Es la hora de la culebra:
el diablo se arranca una cana,
cae del árbol la manzana
y el cristal de un sueño se quiebra.
¡Es la hora de la culebra!
Es la hora de la gallina:
el cementerio tiene luces,
se santiguan ante las cruces
las beatas, el viento agorina.
¡Es la hora de la gallina!
Es la hora de la doncella:
lágrimas, cartas y cantares,
el aire pleno de azahares,
la tarde azul, sólo una estrella.
¡Es la hora de la doncella !
Es la hora de la lechuza:
descifra escrituras el viejo,
se quiebra de pronto el espejo,
sale la vieja con la alcuza.
¡Es la hora de la lechuza!
Es la hora de la raposa:
ronda la calle una vihuela,
porta la vieja a la mozuela
Un anillo con una rosa.
¡Es la hora de la raposa!
Es la hora del alma en pena:
una bruja en la encrucijada,
con la oración excomulgada
le pide al muerto su cadena
¡Es la hora del alma en pena!
Es la hora del. lubricán:
acecha el mochuelo en el pino,
el bandolero en el camino,
y en el prostíbulo Satán.
¡Es la hora del lubricán!
Este poema fue musicado y grabado hace cuatro años por Javier
Bergia y Begoña Olavide, en su disco “Burlesco”, una recopilación de poemas
musicados, es el undécimo corte
Y una versión que realizó el grupo Ketama en 1987
basándose en el penúltimo de los veinte poemas que forman el libro “la tienda
del herbolario”, abren el disco con varios de los versos escritos por Don Ramón
(Estatua de Valle en el Paseo de Recoletos de Madrid)
Soneto
para el Sr. Don Ramón María del Valle Inclán
Este gran don
Ramón, de las barbas de chivo,
cuya sonrisa es la flor de su figura.
parece un viejo dios, altanero y esquivo.
que se animase en la frialdad de su escultura.
El cobre de sus
ojos por instantes fulgura
y da una llama roja tras un ramo de olivo.
Tengo la sensación de que siento y que vivo
a su lado una vida más intensa y más dura.
Este gran don Ramón
de Valle-Inclán me inquieta.
y a través del zodiaco de mis versos actuales
se me esfuma en radiosas visiones del poeta,
o se me rompe en un
fracaso de cristales.
Yo le he visto arrancarse del pecho la saeta
que le lanzan los siete pecados capitales.
El jueves hablaba
de Rubén Darío y hoy he recordado este soneto a Valle, con el que Cecilia abría
póstumamente su disco de “Diálogos, vol 3”, publicado por el sello Rama-Lama en
el 2013, un gran disco y una gran voz a los que sin duda volveré. Siguiendo hoy
con la figura de Valle, os propongo otro poema laudatorio, esta vez realizado
por Antonio Machado
A Don Ramón del
Valle Inclán
Yo era en mis
sueños, don Ramón, viajero
del áspero camino, y tú, Caronte
de ojos de llama, el fúnebre barquero
de las revueltas aguas de Aqueronte.
Plúrima barba al pecho te caía.
(Yo quise ver tu manquedad en vano.)
Sobre la negra barca aparecía
tu verde senectud de dios pagano.
Habla, dijiste, y yo: cantar quisiera
loor de tu Don Juan y tu paisaje,
en esta hora de verdad sincera.
Porque faltó mi voz en tu homenaje,
permite que en la pálida ribera
te pague en áureo verso mi barcaje