Al
fin, como todo pasa,
se pasó el bien que me dio
fortuna, un tiempo no escasa,
y nunca me le volvió,
ni abundante ni por tasa
Siglos ha ya que me ves,
fortuna, puesto a tus pies:
vuélveme a ser venturoso,
que será mi ser dichoso
si mi fue tornase a es.
No
quiero otro gusto o gloria,
otra palma o vencimiento,
otro triunfo, otra vitoria,
sino volver al contento
que es pesar en mi memoria.
Si tú me vuelves allá,
fortuna, templado está
todo el rigor de mi fuego,
y más si este bien es luego,
sin esperar más
será.
Cosas
imposibles pido,
pues volver el tiempo a ser
después que una vez ha sido,
no hay en la tierra poder
que a tanto se haya estendido.
Corre el tiempo, vuela y va
ligero, y no volverá,
y erraría el que pidiese,
o que el tiempo ya se fuese
o viniese el tiempo ya.
Vivir
en perpleja vida,
ya esperando, ya temiendo,
es muerte muy conocida,
y es mucho mejor muriendo
buscar al dolor salida.
A mí me fuera interés
acabar, mas no lo es,
pues, con discurso mejor,
me da la vida el temor
de lo que será después.
Miguel de Cervantes D. Quijote de la Mancha (Segunda parte Capítulo XVIII)
Vuelvo con el Quijote, con esta parte donde relata la estancia con en casa de Don Diego de Miranda (el caballero del Gabán Verde), y los poemas de su hijo Lorenzo, Hay una interesante conversación al principio del capítulo sobre la poesía, conversación que Luis García Montero eligió como una de sus partes favoritas del Quijote, os dejo con su lectura
Luego Don Quijote le pide le recite algún poema de los que se traiga entre manos, y Don Lorenzo recita su glosa, que he presentado cantada por el colectivo “La Discreta”, el viernes volveremos con ellos para escuchar poemas musicados de una gran poeta de Puerto Rico, Julia de Burgos
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Pasados unos días Don Quijote se despide de Don Diego a pesar de la tristeza de Sancho, y en un momento Lorenzo y Don Diego aventuran a pedirle si le puede acompañar en su tránsito de Caballero Andante, a lo que responde Don Quijote
“—Sabe Dios si quisiera llevar conmigo al señor don Lorenzo, para enseñarle cómo se han de perdonar los sujetos y supeditar y acocear los soberbios, virtudes anejas a la profesión que yo profeso; pero pues no lo pide su poca edad, ni lo querrán consentir sus loables ejercicios, solo me contento con advertirle a vuesa merced que siendo poeta podrá ser famoso si se guía más por el parecer ajeno que por el propio, porque no hay padre ni madre a quien sus hijos le parezcan feos, y en los que lo son del entendimiento corre más este engaño…”
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Se me olvidaba comentar que la casa del Caballero del Gabán Verde está recreada en el bello municipio de "Villanueva de los Infantes", pueblo digno de concocer y poblado de muy buenas gentes de las que algunas me honran con su amistad y unos patios dignos de ser conocidos, a ver si este año puede serBuen miércoles