Una puerta abierta a la música, la poesía, las versiones y a la sonrisa, con muchas pinceladas de cine y bandas sonoras. En recuerdo y homenaje al antiguo microprograma "Fonocopias" de Radio Nacional de España Radio 5
Música para
el Recuerdo hace nueve días hablaba de John Denver y es curioso ver
cuanta gente lo recuerda con agrado, Hoy para este día postelectoral matritense, os
propongo recordar su primer gran éxito, casi a su pesar, ya que aunque fue el
primero que lo grabó aunque en principio la canción se titulaba “Babe I Hate to
Go”, el éxito llegó de la mano de Peter Paul & Mary, en el que quizá
fue su último éxito publicado en su álbum 1700, nueve meses más tarde en
septiembre de 1967, para mi es el primer recuerdo de esta canción y con las
voces que la identifico, y en 1969 alcanzó el número uno de las listas de USA
(lo que se debe a que aunque se grabó en 1967, Warner Bross sacó el tema como
single en 1969 y arrasó)
Se trata de una
canción sobre una despedida, y antes que no había teléfonos móviles ni internet
una despedida era algo dramático y tan emotivas como lo refleja la letra de
esta canción. Os dejo con una versión traducida de la canción de John Denver,
interpretada a finales de los sesenta con Mama Cass (o Cass Elliot, que
forma últimamente parte de mi banda sonora), con cuya voz la canción mejora al
menos en mi opinión
Hay muchas
versiones entre finales de los sesenta y primeros setenta, Matt Monro, Liza
Minelli,… He elegido una versión de un gran albúm de Frank Sinatra “Sinatra
and Company” de 1971, penúltimo corte, con esa inconfundible voz
Y ya que estamos
una preciosa versión de la cantante canadiense Chantal Kreviazuk, y que
se incluyó en la banda sonora de la película Armageddon, en 1998
Acabo con una
versión gamberra, la del grupo de punk “Me First And The Gimme Gimmes”,
que se dedican a versionar temas de los sesenta y setenta, para mi gusto con
versiones bastante aceptables, motivo por el que suelen aparecer por este blog
de cuando en cuando. Pertenece a su disco “Have a Ball” de 1997
Música para
el recuerdo, por
todos conocida tanto por edad como por su utilización, un clásico del nobel de
Literatura Bob Dylan. "No puedo decir que los adultos no
entienden a los jóvenes como se puede decir que los peces grandes no entienden
a los peces pequeños. “The Times They are a Changin'” no es una declaración ...
Es un sentimiento".
Hay muchas
versiones la primera grabada apenas un mes después la realizada por Peter
Paul and Mary en julio de 1964, en su disco “Peter, Paul and Mary in
Concert”
La segunda
versión se grabó tres meses más tarde en octubre de 1964 por Simon &
Garfunkell en su disco “Wednesday Morning, 3 A.M. - Exciting New Sounds in
the Folk Tradition”
La tercera
versión que os propongo es algo más festiva al estilo de la de Beach Boys, se
trata del cuarto disco de Cher en 1967 With Love. Cher, una versión curiosa
y que nos demuestra que siempre (o casi) ha estado Cher cantando
La siguiente
pertenece a un disco icónico que casi logré gastar, me refiero al albúm “No
nukes” de 1979, donde Carly Simon, James Taylor y Graham Nash, interpretan
esta versión
Sigo con otra
versión que preconiza el cambio, (en las anteriores también solo hay que ver
las fotos actuales de los que cantan y los que escuchamos), me refiero a la
versión que graban Ritchie Blackmore (guitarra de Deep Purple y Rainbow) y su
amor Candice Night con la que fundó el grupo de folk-rock Blackmore's Night
es el segundo tema de su disco Fires at Midnight del 2001
Y para ir
acabando una muy diferente versión realizada por el pianista Herbie Hancock,
para su disco “Thew Imagine Project” del 2010, en el que cuenta con la
colaboración del maliense Toumani Diabate, y los irlandeses Chieftains
y Lisa Hanigan que pone la voz
Aabo con una
versión de hace tres meses, y con vuelta al country americano, con la versión
de la Nitty Gritty Dirt Band, que ene este caso cuenta con la preciosa
voz de Rosanne Cash (la hija del hombre de negro)
En 1939 en el
exilio mexicano León Felipe escribe su libro “Español del éxodo y del llanto”,
dedicado al presidente de la República de México como muestra de gratitud, el
quinto poema del libro primero es Reparto, que dice
"La España de
las harcas no tuvo nunca poetas. De Franco han sido y siguen siendo los
arzobispos, pero no los poetas. En este reparto injusto, desigual y forzoso,
del lado de las harcas cayeron los arzobispos y del lado del éxodo, los poetas.
Lo cual no es poca cosa. La vida de los pueblos, aún en los menesteres más
humildes, funciona porque hay unos hombres allá en la Colina, que observan los
signos estelares, sostienen el fuego prometeico y cantan unas canciones que
hacen crecer las espigas.
Sin
el hombre de la Colina, no se puede organizar una patria. Porque este hombre es
tan necesario como el hombre del Capitolio y no vale menos que el hombre de la
Bolsa. Sin esta vieja casta prometeica que arrastra una larga cauda herética y
sagrada y lleva sobre la frente una cresta luminosa y maldita, no podrá existir
ningún pueblo.
Sin
el poeta no podrá existir España. Que lo oigan las harcas victoriosas, que lo
oiga Franco
Tuya es la
hacienda,
la casa,
el caballo
y la pistola.
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo
y me dejas desnudo y errante por el mundo…
mas yo te dejo mudo… ¡Mudo!
¿Y cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?"
Los versos finales
fueron cantados por Aguaviva en su primer disco de 1970 “Cada vez más cerca”, con el nombre de “Mía es la voz”, cuarto tema
de la cara A, me sigue pareciendo milagroso que la censura autorizara este
disco, máxime cuando el homenaje a León Felipe en el Cine (teatro) monumental
de Madridel 14 de marzo de 1977, organizado
por los amigos de la Unesco fue prohibido con todas las entradas vendidas, en
él iba a actuar entre otros Aguaviva (junto a Soledad Bravo, Adolfo Celdrán,
Francisco Curto y Luis Pastor) Esta es la versión cantada en un vídeo y audio
del concierto celebrado en la Universidad Complutense de Madrid en 1978. Creo que
el audio es mejor y me parece un buen homenaje a estas voces
Si habéis visto
el documental sobre León Felipe que ha dado origen a estas tres entradas, no sé
si os sorprendería cuando en un momento se dice que León Felipe quiso pedir
perdón al resto de poetas españoles, que se quedaron en España, y lo hizo a través
de una carta a otra gran poeta casi olvidada, Angela Figera Aymerich, nacida en
Bilbao pero que residió en Madrid gran parte de su vida, conocida como la
Gabriela Mistral Bilbana, por la calidad y calidez de sus poemas, actuó de
mediadora entre los poetas del interior y los exiliados, en los años 1957 y
1958, consiguiendo en 1957 que Pablo Neruda recupere el diálogo -interrumpido
tras la guerra civil en 1939- con los escritores del interior, y escriba su
"Carta a los poetas españoles" (París, 1957).
Posteriormente,
con su libro Belleza cruel y su correspondencia, convence a León Felipe
para que cambie su actitud y la consideración de los poetas del interior y les
"devuelva" el salmo y la canción que se llevó al exilio (México,
1958).,
Este es el
texto de León Felipe “Palabras”
"Con estas palabras
quiero arrepentirme y desdecirme, Ángela Figuera Aymerich... de cosas que uno
ha dicho, de versos que uno ha escrito...
Porque yo fui el que dijo al hermano voraz y vengativo, cuando, aquel día,
nosotros, los españoles del éxodo y del llanto, salimos al viento y al mar,
arrojados de la casa paterna por el último postigo del huerto... Yo fui el que
dijo:
Hermano... tuya es la hacienda...
la casa, el caballo y la pistola...
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo
y me dejas desnudo y errante por el mundo...
mas yo te dejo mudo... ¡mudo!...
Y ¿cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?
Fue éste un triste reparto caprichoso que yo hice, entonces, dolorido, para
consolarme. Ahora estoy avergonzado. Yo no me llevé la canción. Nosotros no nos
llevamos la canción. Tal vez era lo único que no nos podíamos llevar: la
canción, la canción de la tierra, la canción inalienable de la tierra. Y
nosotros, los españoles del éxodo y del viento... ¡ya no teníamos tierra!
Vosotros os quedasteis con todo: con la tierra y la canción.
Nuestro debió haber sido el salmo, el salmo del desierto, que vive sin tierra,
bajo el llanto, y que sin garfios ni raíces se prende, se agarra, anhelante, de
la luz y del viento.
Yo hablé también un día del salmo. "El salmo es mío", dije, "el
salmo es una joya que les dimos en prenda los poetas a los sacerdotes... y
ahora lo rescato, me lo llevo, me lo llevo del templo, me lo llevo en mi
garganta rota y desesperada..." Y dije también: "El salmo fugitivo y
vagabundo es el lenguaje justo del español del éxodo y del llanto"...
Palabras, palabras nada más. Yo no me llevé el salmo tampoco. Nosotros no nos
llevamos el salmo.
Al final todo se hizo grito vano, lamento hinchado, blasfemia sin sentido,
palabras de un idiota llenas de éstrépito y de furia que se perdieron como
burbujas de hiel en el vacío... Y nos quedamos luego todos mudos... Los mudos
fuimos nosotros... ¡Los desterrados y los mudos!
De este lado nadie dijo la palabra justa y vibrante. Hay que confesarlo: de
tanta sangre a cuestas, de tanto caminar, de tanto llanto y de tanta
justicia... no brotó el poeta.
Y ahora estamos aquí, del otro lado del mar, nosotros, los españoles del éxodo
y del viento, asombrados y atónitos oyéndoos a vosotros cantar: con esperanza,
con ira, sin miedos...
Esa voz... esas voces... Dámaso, Otero, Celaya, Hierro, Crémer, Nora, de Luis,
Angela Figuera Aymerich... los que os quedasteis en la casa paterna, en la
vieja heredad acorralada... Vuestros son el salmo y la canción.
México, D.F., junio, 1958. León Felipe
Este fue el
prólogo del libro “Belleza Cruel” que aunque escrito en 1955, no se animó a
intentar pasar la censura dadas sus experiencias previas, lo mandó a México,
donde se presenta al Premio de Poesía “Nueva España” de la unión de
intelectuales españoles, es premiado y se publica con ese prólogo de León
Felipe.
Posteriormente
el 29 de marzo de 1959 se publica en el periódico ABC de Madrid en la página
cinco
León Felipe
vivió en esa continua búsqueda, acabo con tres poemas del libro Versos y Oraciones de
Caminante: Qué me importa que se borren (poema XXVII, primera estrofa); Huyen...
Se ve que huyen (poema XIII, integro excepto tres versos intermedios) y No
es lo que me trae cansado (poema XII), que han dado lugar al tema musical “Poemas
Menores” de Evoeh (en el vídeo podréis encontrar el texto de los versos
musicalizados)
Yo estaba en el medio:
giraban las otras en corro
y yo era el centro.
Ya el corro se rompe,
ya se hacen estado los pueblos,
y aquí de vacío girando
sola me quedo.
Cada cual quiere ser cada una:
no voy a ser menos:
Madrid, uno, libre, redondo,
autónomo, entero.
Mire el sujeto
las vueltas que da el mundo
para estarse quieto.
II
Yo tengo mi cuerpo,
un triángulo roto en el mapa
por ley o decreto
entre Ávila y Guadalajara,
Segovia y Toledo,
provincia de toda provincia,
flor del desierto.
Somosierra me guarda del norte y
Guadarrama con Gredos;
Jarama y Henares al Tajo
se llevan el resto.
Y a costa de esto
yo soy el ente autónomo último,
el puro y sincero.
¡Viva mi dueño!,
que sólo por ser algo
soy madrileño.
III
Y en medio del medio,
capital de la esencia y potencia,
garajes, museos,
estadios, semáforos, bancos,
y ¡vivan los muertos!,
Madrid, Metropol, ideal
del Dios del Progreso:
lo que pasa por ahí, todo pasa
en mí y por eso
funcionarios en mí y proletarios
y números, almas y masas
caen por su peso;
y yo soy de todos y nadie,
político ensueño.
Y ése es mi anhelo,
que por algo se dice
“de Madrid al cielo”.
Aunque nadie
parezca recordarlo Madrid también tiene un himno, aunque es cierto que, a
diferencia de los himnos de otras autonomías, como Cataluña (Els Segadors),
País Vasco (Eusko Abendaren Ereserkia), Galicia (Os Pinos), Andalucía (Himno de
Andalucía), Asturias (Asturias, patria querida) o la Comunidad Valenciana
(Himne de l'Exposició), este himno tiene un uso testimonial, prácticamente
relegado a algunos actos oficiales, como la conmemoración del levantamiento del
2 de mayo de 1808, aunque eso parece ser más cosa de los políticos que nunca
les gustó que de los ciudadanos, que cuando han podido lo han cantado (dentro
de la posibilidad no muy fácil de conocerlo). El himno se le encargó por el
entonces presidente autonómico Joaquín Leguina al poeta Agustín García Calvo,
que cobró una peseta por le encargo, y la música se encargó al compositor Pablo
Sorozabal Serrano. Vamos a escuchar el himno cantado y con música
Y
seguidamente la versión instrumental que es más usada dentro del poco uso del
mismo compuesta por Pablo Sorazabal Serrano fallecido en Madrid en el 2007 a
los 73 años
Hoy hace ciento treinta y cinco años del primer Primero de Mayo que se convoca en USA para intentar
conseguir la jornada de ocho horas, ya que a pesar de los intentos legislativos
el horario habitual podía alcanzar las doce o más horas diarias, para ello se
convoca una huelga general, que en Chicago se mantiene hasta el 4 de mayo,
fecha en la que se convoca una concentración, que acaba siendo disuelta por la
policía y tras estallar una bomba de origen desconocido, se produce un caos con
muertos entre policías y obreros, que acaba en un juicio contra ocho personas
acusados de ser instigadores morales de la bomba ya que se demostró que no
estaban allí cuando ésta estalló, y en pena de horca para cinco y cárcel para
otros tres. Al cabo del tiempo se demuestra que el juicio y las pruebas fueron
amañadas y se indulta a los tres condenados a cárcel. Desde 1989 se celebra en conmemoración
de este hecho el primero de mayo en casi todo el mundo (en USA y Canadá se
celebra el primer sábado de septiembre, en España en época de la Dictadura
Franquista se celebraba el 19 de marzo. Os dejo con un vídeo explicativo subido
por el diario “La Razón” de México perteneciente al grupo editorial La Razón y
por ello creo que no sospechoso de un tratamiento partidista del tema
Como siempre
habrá que poner música a la efemérides pero no he encontrado mucha la verdad,
tan sólo estas dos canciones , la primera un poema de Silvio Rodríguez,
titulado “primero de mayo (o las ocho cuerdas)”, que creo que no se grabó para
ningún disco concreto (como muchas de sus canciones)
La segunda
propuesta musical, es el “Himno del Primero de Mayo”, escrito por el poeta y
abogado italiano Pietro Gori, que adaptó a la música del Va Pensiero del
Nabbuco de Verdi, escrita cincuenta años antes (1842) en un Milán ocupado por
las tropas de la monarquía absoluta austríaca, ubicando la acción en una
Babilonia lejana como metáfora para evadir la censura
El poema de Gori es un bello himno decimonónico, adaptado a la música de Verdi
¡Qué lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas de hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria! Sé que la historia es la misma, la misma siempre,
que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde ésta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.
Después... ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!,
una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra mano en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque... ¿qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!
Sin embargo...
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca...
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente al través de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias,
de Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa...
Ella, entonces, me llama ¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.
Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja
muy blanca...
En una caja
muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana...
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por este cristal de mi ventana...
¡Y la muerte también pasa!
¡Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia! León Felipe: Versos y oraciones del caminante (1920)
Sigo con la
poesía de León Felipe otro día más, Si visteis el documental os suena este
precioso poema, incluido en el relato, perteneciente también a la primera parte
de su obra, un poema del que os he puesto la versión de Hector Alterio, porque
a fecha de hoy es la que me parece mejor, hay tres versiones grabadas en audio
con disco, una en la voz del propio León Felipe, que no recitaba mal, la segunda
en la voz de Paco Valladares que es un grande y la tercera magistral en la voz
de Paco Rabal, pero me parece que la de Hector Alterio en la que contamos con el
audio y la imagen, supone un plus.
Parte del
poema fue musicalizado por Evoeh, en el disco que comentaba el martes
pasado, en el tema denominado como “Vals”, concretamente la cuarta estrofa que
comienza con “Sé que la historia es la misma …” y los siguientes seis versos hasta -... aquella comarca”. La otra parte de la canción pertenece al poema ¡Qué solo
estoy Señor!, que os pongo a continuación (versos 4 a 9 & 16 a 19)
XVI
¡Qué solo estoy, Señor;
qué solo y qué rendido
de andar a la ventura
buscando mi destino!... En todos los mesones
he dormido:
en mesones de amor
y en mesones malditos,
sin encontrar jamás
mi albergue decisivo…
Y ahora estoy aquí solo…
rendido
de andar a la ventura
por todos los caminos…
Ahora estoy aquí solo
en este pueblo de Ávila escondido, pensando
que no está aquí mi sitio,
que no está aquí tampoco
mi albergue decisivo. León Felipe: Versos y oraciones de caminante(1920)
León Felipe mantuvo
siempre esa postura personal tan propia por la que seguramente le admiramos
pero que tantos problemas le supuso a lo largo de su vida, antes de hablar de León
Felipe y la palabra, os dejo con este poema también de su libro “versos y
oraciones del caminante” conocido como “Ven con nosotros” y al que Aguaviva
musicalizó en su tercer disco la Casa de San Jamás de 1972 (último corte)
XXIII
Cuando me han visto solo y recostado
al borde del camino...
unos hombres
con trazas de mendigos
que cruzaban rebeldes y afanosos,
me han dicho:
Ven con nosotros,
peregrino.
Y otros hombres
con porte de patricios
que llevaban sus galas
intranquilos,
me han hablado
lo mismo:
Ven con nosotros,
peregrino.
Yo a todos
los he visto
perderse
allá, a lo lejos del camino...
y me he quedado solo,
sin despegar los labios, en mi sitio. León Felipe: Versos y oraciones del caminante (1920)