Una puerta abierta a la música, la poesía, las versiones y a la sonrisa, con muchas pinceladas de cine y bandas sonoras. En recuerdo y homenaje al antiguo microprograma "Fonocopias" de Radio Nacional de España Radio 5
Me peina el viento los cabellos
como una mano maternal,
abro la puerta del recuerdo
y el pensamiento se me va.
Son otras voces las que llevo,
es de otros labios mi cantar,
¡hasta mi gruta de recuerdos
tiene una extraña claridad!
Frutos de tierras extranjeras,
olas azules de otro mar,
amores de otros hombres, penas
que no me atrevo a recordar.
¡Y el viento que me peina
como una mano maternal!
Mi verdad se pierde en la noche
¡no tengo noche ni verdad!
Tendido en medio del camino
deben pisarme para andar.
Pasan por mi sus corazones
ebrios de vino y de soñar.
Yo soy un puente inmóvil entre
tu corazón y la eternidad.
¡Si me muriera de repente
no dejaría de cantar!
Pablo Neruda. Crepusculario
1923
Finalizaba la
música de ayer con una versión de Los Sabandeños con la música de fondo de
Horacio Guarany. He recordado esta grabación conjunta de ambos (Disco Los 3
Reyes Magos del año 2000), de este poema juvenil de Pablo Neruda (Crepusculario
fue su primer libro publicado) musicado por Horacio Guarany
Horacio Guarany
publica este poema en su sexto LP: “El Potro” de 1970, con el que cerraba el
disco, Hay un single publicado ese año, que contiene en la cara A “Si se calla
el cantor” (segundo corte de la cara b del LP) y por otro esta canción
Hay varias versiones
de este poema, la primera que propongo es la de un grupo melódico de los
sesenta-setenta: “los Cuatro de Chile”, que abrían su disco con el mismo nombre
en 1973
Las siguientes versiones
que os propongo tienen arreglos musicales diferentes, por orden cronológico, la
primera es la del poeta y cantautor granadino, Esteban Valdivieso, fallecido en
2008 con 57 años, Es un tema de su disco “Estabas tu en el humo” del año 2000,
con catorce poemas musicados, once suyos y tres de diferentes poetas.
La última
versión es la realizada por Miguel Poveda para el disco “Neruda en el corazón”
del año 2004, musicalizada esta vez por Enric Palomar
Si cada hora vino con su muerte,
si el tiempo era una cueva de ladrones
los aires ya no eran Buenos Aires,
la vida nada más que un blanco móvil.
Usted preguntará por qué cantamos.
Si los nuestros quedaron sin abrazos,
la patria casi muerta de tristeza
y el corazón del hombre se hizo añicos
antes de que explotara la vergüenza.
Usted preguntará por qué cantamos.
Cantamos porque el río esta sonando
y cuando suena el río suena el río.
Cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino.
Cantamos porque el niño y porque todo
y porque algún futuro y porque el pueblo.
Cantamos porque los sobrevivientes
y nuestros muertos quieren que cantemos.
Si fuimos lejos como un horizonte,
si aquí quedaron árboles y cielo,
si cada noche siempre era una ausencia
y cada despertar un desencuentro.
Usted preguntará por qué cantamos.
Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la cancion se haga ceniza.
Cantamos porque el grito no es bastante
y no es bastante el llanto ni la bronca.
Cantamos porque creemos en la gente
y porque venceremos la derrota.
Cantamos porque el sol nos reconoce
y porque el campo huele a primavera
y porque en este tallo en aquel fruto
cada pregunta tiene su respuesta.
Mario Benedetti .Cotidianas – 1979
En Septiembre de este año Benedetti
cumpliría cien años, siempre es un motivo mas para recordarle
La primera versión musicada que
conozco de este poema es la del compatriota de Benedetti, el uruguayo Hector
Numa Moraes, en su disco “Furia” de 1979, era el tema con el que cerraba el
disco (décimo corte) La primera versión que he odio habitualmente es la de
Nacha Guevara que la incluyó en 1984 en su disco “Los patitos feos” era el
primer corte de la cara B (sexto actual)
La siguiente versión que os propongo es la que se desarrolla en un espectáculo del
mismo nombre que se desarrolló en agosto de 1984 en Santiago de Chile
interpretada por Nito Mestre, Celeste Carballo, Juan Carlos Baglietto y Oveja
Negra
La tercera versión es la del grupo
reggae puertoriqueño “Cultura Profética”, aparece en su disco “Canción de
Alerta” de 2008 (quinto corte)
Este poema de Benedetti, poco conocido
en España, solo conozco esta versión de un fragmento (casi completo) del poema
donde se trastoca ligeramente el orden y desaparece la primera estrofa, con que
Los Sabandeños cierran su disco de aniversario de sus cuarenta años: “Diamante”
del 2006, con el que cierran el disco. Es una versión recitada mientras que de
fondo suena la música de “Si se calla el cantor” de Horacio Guarany. Una versión
preciosa para mi gusto
Benedetti además de poeta era un gran
contador de historias; en estos días que no sabemos bien quienes somos
realmente, me he acordado de este relato con el que dejo de incordiar: “El Otro
Yo”
Y este es el relato:
“Se trataba de un muchacho corriente:
en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido
cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba
Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la
mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en
los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse
incómodo frente a sus amigos. Por otra parte, el Otro Yo era melancólico, y
debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del
trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y
encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió.
Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el
muchacho no supo que hacer, pero después se rehízo e insultó concienzudamente
al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue
un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría
ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto,
cuando salió la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad.
Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le llenó de felicidad e
inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él,
ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a
escuchar que comentaban: “Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y
saludable”.
El muchacho no tuvo más remedio que
dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que
se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía,
porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.”
EL OTRO YO, un cuento de Mario Benedetti(Uruguay,
1920-2009) del blog: Narrativa Breve.
Me he quedado sin pulso y sin aliento
separado de ti. Cuando respiro,
el aire se me vuelve en un suspiro
y en polvo el corazón de desaliento.
No es que sienta tu ausencia el sentimiento.
Es que la siente el cuerpo. No te miro.
No te puedo tocar por más que estiro
los brazos como un ciego contra el viento.
Todo estaba detrás de tu figura.
Ausente tú, detrás todo de nada,
borroso yermo en el que desespero.
Ya no tiene paisaje mi amargura.
Prendida de tu ausencia mi mirada,
contra todo me doy, ciego me hiero.
Ángel González “A Todo
Amor” (Ed Visor 2006)
Este es el poema declamado por el autor, Pedro Guerra publica junto al
poeta en el 2003 un libro de poemas declamados y cantados, este es el octavo
corte. Cuatro años mas tarde falleció el poeta pero nos dejo sus versos
En 2011, a los casi cuatro años de su muerte la Editorial 27 letritas publicó
un poema inédito de Ángel González, el único escrito para niños y con unas
bellas ilustraciones (como suele hacer dicha editorial) en este caso de Valeria
Docampo, No es fácil de encontrar y por buscar algo animado para finalizar, os
dejo con el poema narrado por unos chicos de un colegio de Coslada (Madrid)
Yo
no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta...
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.
Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La pondrían en un trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla...
Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!
Lucila
Godoy Alcayaga (Gabriela Mistral) del
libro “Ternura” 1924
Hace
cinco años, Intermon Oxfam, publicó su libro-disco “Avanzadoras” Doce Canciones Homenaje a Mujeres Que Avanzan
y Hacen Avanzar, que se incluía dentro de los proyectos de esta ONG, Esta
versión de Ana Belén era el segundo corte del disco, y se basaba a su vez en la
Versión de Rosa León del disco “Cuenta conmigo” de 1984 (tercer corte), en el
que versiona este poema de Gabriela Mistral con el título de su primer verso (“A
mi niña”)
Similar
pero con menos apoyo musical, Existen otras como la chilena realizada por el
grupo de folk Illapu (“rayo” en quechua), y que aparece en el que creo es su último
disco “Con sentido y razón” del año 2014 (noveno corte) y con el título de "Mi niña Golondrina"
La
útima versión que os propongo es de la argentina Marianela Chanella (Maru
Charnella) en una actuación que cuelga en su blog, solo me consta un disco en
Bandcamp, por lo que creo que este tema ("Miedo") no está publicado, pero suena muy bien
El
libro Ternura al que pertenece este tema es un libro muy interesante contiene
105 poemas de diferente temática y tres cuentos, Su objetivo eta según señalaba
la propia pedagoga y poetisa: “"He querido hacer una poesía escolar
nueva, porque la que hay en boga no me satisface; una poesía escolar que no por
ser escolar deje de ser poesía, que lo sea, y más delicada que cualquier otra,
más honda, más impregnada de cosas de corazón, más estremecida del soplo del
alma.". Hay que recordar que Gabriela
Mistral además del premio Nobel de 1945, realizó una importante tarea educativa
en Mexico, con ideas basadas en los textos de Tagore y Tolstoi
Acabo rescatando uno de los tres cuentos con los
que finaliza el libro Ternura (publicado por primera vez en Madrid en la editorial
Saturnino Calleja en 1924): Caperucita Roja Poema, una versión mas cercana a
Perrault que las edulcoradas de Disney
Os dejo con un audio y el texto del poema:
Caperucita
Roja visitará a la abuela
que en el poblado próximo sufre de extraño mal.
Caperucita Roja, la de los rizos rubios,
tiene el corazoncito tierno como un panal.
A las primeras luces ya se ha puesto en camino
y va cruzando el bosque con un pasito audaz.
Sale al paso Maese Lobo, de ojos diabólicos.
«Caperucita Roja, cuéntame adónde vas».
Caperucita es cándida como los lirios blancos.
«Abuelita ha enfermado. Le llevo aquí un pastel
y un pucherito suave, que se derrama en juego.
¿Sabes del pueblo próximo? Vive en la entrada de él».
Y ahora, por el bosque discurriendo encantada,
recoge bayas rojas, corta ramas en flor,
y se enamora de unas mariposas pintadas
que la hacen olvidarse del viaje del Traidor...
El Lobo fabuloso de blanqueados dientes,
ha pasado ya el bosque, el molino, el alcor,
y golpea en la plácida puerta de la abuelita,
que le abre. (A la niña ha anunciado el Traidor.)
Ha tres días la bestia no sabe de bocado.
¡Pobre abuelita inválida, quién la va a defender!
... Se la comió riendo toda y pausadamente
y se puso en seguida sus ropas de mujer.
Tocan dedos menudos a la entornada puerta.
De la arrugada cama dice el Lobo: «¿Quién va?»
La voz es ronca. «Pero la abuelita está enferma»
la niña ingenua explica. «De parte de mamá».
Caperucita ha entrado, olorosa de bayas.
Le tiemblan en la mano gajos de salvia en flor.
«Deja los pastelitos; ven a entibiarme el lecho».
Caperucita cede al reclamo de amor.
De entre la cofia salen las orejas monstruosas.
«¿Por qué tan largas?», dice la niña con candor.
Y el velludo engañoso, abrazado a la niña:
«¿Para qué son tan largas? Para oírte mejor».
El cuerpecito tierno le dilata los ojos.
El terror en la niña los dilata también.
«Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes ojos?»
«Corazoncito mío, para mirarte bien...»
Y el viejo Lobo ríe, y entre la boca negra
tienen los dientes blancos un terrible fulgor.
«Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes dientes?»
«Corazoncito, para devorarte mejor...»
Ha arrollado la bestia, bajo sus pelos ásperos,
el cuerpecito trémulo, suave como un vellón;
y ha molido las carnes, y ha molido los huesos,
y ha exprimido como una cereza el corazón...