Sonatina
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
Rubén Darío. Prosas Profanas y otros poemas (1896)
De Machado a Rubén Darío, aunque debería haber sido al revés ya que Machado conoció a Rubén Darío en 1902, un año después de que publicara este libro como lo conocemos hoy en día en Paría. En 1896 lo había publicado en Buenos Aires y el libro constaba de 33 poemas, tres menos que la edición posterior y con el título de Poemas Liminares, en vez del de Prosas Profanas
Prosas Profanas es un libro muy interesante, el libro con el que alcanzó la fama tras el famoso Azul, y publicado el mismo año que Los Raros, un interesante libro en Prosa donde Rubén Darío habla de sus preferencias literarias
Sonatina es el tercer poema del libro, un libro donde se mezcla lo fantastico, princesas y magia con el amor mas romántico y el amor más erótico, así como referencias mitológicas varias, Al final os dejaré la referencia de la página de la Cervantes Virtual donde se puede consultar o descargar un facsimil de la edición de 1915, con una interesante introducción y un breve prólogo de Ruben Dario
El uruguayo Hector Numa Moraes lo musica y canta de forma íntegra en su disco de 1982, Nunca Volverá el pasado, Nuño Moraes canta a Nicaragua, pero los vídeos que he encontrado son del disco íntegro y con no muy buena calidad, por lo que os propongo escuchar la versión de la peruana Patricia Saravia, en el disco "Dario Nuestro" donde el peruano Juan Luis Dammet, en el año 2016 pone musica a nueve poemas de Ruben Dario. Solo he encontrado el vídeo del disco íntegro pero este poema es el del comienzo del disco
Acabo con una curiosidad al igual que hace un par de semanas. AL parecer Joaquín Sabina tenía en mente este poema al escribir su conocida canción "Princesa". En la web de Poemas,uned,es, escriben: "Sabina relaciona intertextualmente la historia de su princesa, atormentada por las drogas en los años 80 de Madrid, con la triste princesa de la «Sonatina» de Rubén Darío. Darío, al comienzo del poema, dice de su princesa que: «Los suspiros se escapan de su boca de fresa». Para Sabina, la mujer protagonista de su canción, antes de arruinarse la vida con la heroína, era: «la princesa / de la boca de fresa».
Asi sonaba esta canción en 1986, poco despues de publicarla en su disco "Juez y Parte".
Como recuerda Pedro Hernández, esta canción se presentó en el Festival de Benidorm de 1982. Otros tiempos
Buen lunes
Enlace a la Cervantes Virtual para descargar la edición de 1915 en pdf
https://www.cervantesvirtual.com/obra/prosas-profanas-y-otros-poemas/