Se horrorizan los ancianos, se conmueven las doncellas
enseñando las pupilas tras los mantos y los velos
anegadas por el llanto. Y las masas por los suelos
caen mostrando, de temores y dolor en la faz, huellas.
Enmudecen los clarines; no se escuchan las querellas
de tristísimas saetas, ni la voz de los abuelos
que pidiendo van por Cristo. Y en el rostro de los cielos
como lágrimas enormes se estremecen las estrellas.
Reina un hórrido silencio que es tan sólo interrumpido
por redobles de tambores y algún lúgubre gemido
que se sube hasta los labios de un pecho de fe lleno…
Y entre mil encapuchados con mil llamas de mil cirios,
con las carnes desgarradas aún más pálidas que lirios
y la cruz sobre los hombros, cruza, humilde, el Nazareno.
Miguel Hernández 1930
Otro soneto temprano de Miguel Hernández, la primera vez que lo he escuchado fué hace una semana recitado por Emilio Gutierrez Caba en su espectáculo "Dejadme la Esperanza" realizado junto al barítono Luis Santana, fue el tercer poema recitado, y la verdad es que me sorprendió. Seguramente olvidamos la Historia y nos es extraño recordar a Miguel junto a Toros y Semana Santa pero ese fué durante mucho tiempo su mundo.El que el poema junto al conjunto recitado y cantado haya sido seleccionado por otro oriolano y una de las mayores autoridades sobre el poeta, Jesucristo Riquelme Pomares, me hace pensar que es interesante su conocimiento. El recitado anterior es de un homenaje realizado al poeta en Torrevieja
Este poema ha sido musicalizado al menos en dos ocasiones, la primera en el 2011 por otra cantante de Orihuela, Esmeralda Grao, en su disco "Miguel Hernández. Su pueblo y el Mío"
La segunda versión la publica al año siguiente el actor, cantante y pioeta argentino Francisco Pesqueira en su disco "Oye... Francisco Pesqueira canta poetas"
Buen martes