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8 de octubre de 2020

Tengo miedo de mirar mi dolor Ricardo Guiraldes y otros textos. Musica de Cabral, Cortez y Cafrune

 

Tengo miedo de mirar mi dolor

Tengo miedo de mirar mi dolor.
No vaya a ser que me quede demasiado grande.
Prefiero calzar mi debe como una valentía de espuelas 
e hincando mi pereza, que quisiera morir
cobardemente, andar con frente firme ante la
pampa yerma del dolor de los otros.
Sólo así quiero merecer.

Ricardo Güiraldes. La Porteña. 1921

 

Hoy 8 de octubre se cumplen 93 años del fallecimiento del novelista y poeta argentino Ricardo Güiraldes, con 41 años de vida, su obra mas conocida es Don Segundo Sombra, basada en sus experiencias de la Pampa. Ricardo vivió una vida viajera, residió en Europa, Mexico y falleció finalmente en París. Como no he encontrado sus poemas musicados he elegido esta canción de Facundo Cabral, compuesta en 1970, tras encontrarse con Jorge Cafrune y añorar su tierra. "No soy de aquí, ni soy de allá"

https://youtu.be/khqgn1uiUfU

 


Aunque quizá la versión mas conocida de esta canción de las muchas existentes sea la de otro compatriota: Alberto Córtez

https://youtu.be/zZcgxy8FE4E



Vuelvo con Don Ricardo, perdonar la digresión pero es que esa canción me encanta. Ricardo Güiraldes incrementó su creación poética en los últimos años, con los llamados “poemas místicos”, publicados de forma póstuma en 1928, os dejo con uno

 

Infinito

Mi Dios bajo tu amparo escribo.

Por mi boca tan chica se empequeñece tu amor por las cosas que están en ti sin disminuirte.

Tu palabra en mí se reduce, y yo de ti me agrando.

Pobre cosa tuya sufro de sobrarme a mí mismo y mi alma camina en la frase como un ciego lleno de luz.

Dame tu ley para que así crezca hasta merecer nombrarte.

 

Ademas de la poesía y la novela Ricardo Güiraldes escribió cuentos, casi todos recogidos en el libro “Cuentos de muerte y de sangre,…” de 1915, con una buena edición publicada en 2006. He elegido uno de esos cuentos; “El pozo” para despedir a este poeta, Al final os dejo el texto íntegro por si tenéis curiosidad

https://youtu.be/16jAG3CB3xE

 


Y como despedida musical he elegido otra canción de sobra conocida, esta vez de Jorge Cafrune, que la graba por primera vez en su quinto disco de 1964 (“Emoción, canto y guitarra”) y que le acompañó en sus conciertos, incluso en el último de enero de 1978, donde la cantó a petición del público a pesar de estar prohibida por la Junta Militar, y ser causa según algunos del accidente que sufrió días después. Una canción que fue mítica en España en los primeros años de la democracia, y que ahora persiste a pesar del olvido, me refiero a “Zamba de mi esperanza”

https://youtu.be/eP1kaJexkgI

 


Buen jueves (Hoy creo que no me equivoco)

 

PS El pozo (Cuentos de muerte y sangre)

Sobre el brocal desdentado del viejo pozo, una cruz de palo roída por la carcoma miraba en el fondo su imagen simple. Toda una historia trágica.

Hacía mucho tiempo, cuando fue recién herida la tierra y pura el agua como sangre cristalina, un caminante sudoroso se sentó en el borde de la piedra para descansar su cuerpo y refrescar la frente con el aliento que subía del tranquilo redondel. Allí le sorprendieron el cansancio, la noche y el sueno; su espalda resbaló al apoyo y el hombre se hundió golpeando blandamente en las paredes hasta romper la quietud del disco puro.

Ni tiempo para dar un grito o retenerse en las salientes, que le rechazaban brutalmente después del choque. Había rodado llevando consigo algunos pelmazos de tierra pegajosa. Aturdido por el golpe, se debatió sin rumbo en el estrecho cilindro líquido hasta encontrar la superficie. Sus dedos espasmódicos, en el ansia agónica de sostenerse, horadaron el barro rojizo. Luego quedó exánime, solo emergida la cabeza, todo el esfuerzo de su ser concentrado en recuperar el ritmo perdido de su respiración.

Con su mano libre tante el cuerpo, en que el dolor nacía con la vida. Miró hacia arriba: el mismo redondel de antes, más lejano, sin embargo, y en cuyo centro la noche hacía nacer una estrella tímidamente.

Los ojos se hipnotizaron en la contemplación del astro pequeño, que dejaba, hasta el fondo, caer su punto de luz. Unas voces pasaron no lejos, desfiguradas, tenues; un frío le mordió del agua y gritó un grito que, a fuerza de terror, se le quedó en la boca. Hizo un movimiento y el líquido onduló en torno, denso como mercurio. Un pavor místico contrajo sus músculos, e impelido por esa nueva y angustiosa fuerza, comenzó el ascenso, arrastrándose a lo largo del estrecho tubo húmedo; unos dolores punzantes abriéndole las carnes, mirando el fin siempre lejano como en las pesadillas.

Más de una vez, la tierra insegura cedió su peso, crepitando abajo en lluvia fina; entonces suspendía su acción tendido de terror, vacío el pecho, y esperaba inmóvil la vuelta de sus fuerzas.

Sin embargo un mundo insospechado de energías nacía en cada paso; y como por impulso adquirido maquinalmente, mientras se sucedían las impresiones de esperanza y desaliento, llegó al brocal, exhausto, incapaz de saborear el fin de sus martirios. Allí quedaba, medio cuerpo de fuera, anulada la voluntad por el cansancio, viendo delante suyo la forma de un aguaribay como cosa irreal…

Alguien pasó ante su vista, algún paisano del lugar seguramente, y el moribundo alcanzó a esbozar un llamado. Pero el movimiento de auxilio que esperaba fue hostil. El gaucho, luego de santiguarse, resbalaba del cinto su facón, cuya empuñadura, en cruz, tendió hacia el maldito. El infeliz comprendió: hizo el último y sobrehumano esfuerzo para hablar; pero una enorme piedra vino a golpearle en la frente, y aquella visión de infierno desapareció como sorbida por la tierra.

Ahora todo el pago conoce el pozo maldito, y sobre su brocal, desdentado por los años de abandono, una cruz de madera semipodrida defiende a los cristianos contra las apariciones del malo.

FIN

 

3 de junio de 2020

La Vaquera de la Finojosa. Serranilla VII Alberto Cortez y mas versiones



Moça tan fermosa
non vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Faziendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vençido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.

En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera,
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.

Non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dexara
en mi libertad.
Mas dixe: «Donosa
(por saber quién era),
¿aquella vaquera
de la Finojosa?...»

Bien como riendo,
dixo: «Bien vengades,
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es desseosa
de amar, nin lo espera,
aquessa vaquera
de la Finojosa».
Iñigo López de Mendoza. Marqués de Santillana. Serranilla VII


Al principio de enviar poemas matutinos, con un poema de Rosalía de Castro en gallego, un amigo me decía que se había acordado del Marqués de Santillana. El otro día revisando el disco de Canciones y Poemas vol. 2 de Alberto Cortez, me encontré con la versión que hace el hispanoargentino, y me ha parecido buena idea recordar este poema.
La primera versión está recitada por Paco Valladares, qué buen actor y qué bien recitaba este hombre. La próxima es la versión musicalizada de Alberto Cortez de 1968 (último corte del citado LP)


La Finojosa, se debía referir a Hinojosa del Duque, en el norte de la provincia de Córdoba (Los Pedroches) donde anualmente se celebra un festival de teatro con el título “La vaquera de la Finojosa”. Os dejo con una publicidad del evento del año 2014


Otros autores indican que podría ser en la Hinojosa castellana, en la zona soriana de Ágreda
Hay pocas versiones más, una muy interesante es la realizada por Eduardo Paniagua y Música Antigua del año 2013, pero a pesar de la búsqueda exhaustiva entre la ingente producción de éste hombre, no la he  localizado en vídeo, y dado que hablamos de un momento de interacción entre la España  de las tres culturas, os dejo con una música realizada por Eduardo Paniagua junto a una  música que reaparece en cuanto tengo motivo: Begoña Olavide


La última versión del poema que os propongo es la realizada por el leonés (a pesar de su nombre artístico) Crispín de Olot, un juglar moderno y peculiar, con una curiosa versión que merece oírse  


Y acabo con una versión gamberra, alejada solo en parte de este poema amoroso, se trata de Les Luthiers y su interpretación de “La Bella y Graciosa Moza Marchóse a Lavar la Ropa” de su espectáculo de 1979 “Mastropiero que Nunca”


Esperando os haya aflorado al menos una sonrisa

2 de junio de 2020

Yo voy soñando caminos. Antonio Machado. Alberto Cortez, Carlos Cano y mas versiones



Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…

¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-la tarde cayendo está-.

“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”.

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”.
Antonio Machado. Soledades Poema XI. 1907


Alberto Cortez pone música a este poema de Antonio Machado en 1968 en su disco “Poemas y Canciones II”  Era el primer tema de la cara B (sexto corte de diez canciones, que incluían cinco poemas de Antonio Machado).
Tuvieron que pasar casi 30 años, para que se realizara una nueva versión, en modo flamenco, por Alfredo Arrebola en 1997. Al año siguiente´(1998) Esteban Valdivieso (Granada), graba su primera versión en su disco “Fumar en Berlín” (corte cuarto de diez), no tiene nada que ver con la versión de Cortez, y es una versión importante como luego podréis comprobar


Ese mismo año el periodista, cantautor y escritor cántabro, José Ramón San Juan, publica su disco “Tierra de Nadie”, un disco que incluye esta versión del poema de Machado, con guitarra flamenca


En el 2001, Calixto Sánchez publica su disco “Antonio Machado. Retrato Flamenco”, es la octava canción que cierra el disco, pero no he encontrado forma de reproducirla .
En el 2003, la Fundación SGAE, publica la colección de poemas cantados “La palabra más tuya”, dedicando un CD a los poemas de Antonio Machado. El segundo corte es la versión de Carlos Cano (Granada), basándose en el trabajo de Esteban Valdivieso. La voz de Carlos Cano lo llenaba todo


Acabo con la última versión grabada que conozco, la del granadino Enrique Moratalla, que con otras personas hoy citadas como Carlos Cano o Esteban Valdivieso, y algún otro que no, como Nando Ferrer fueron responsables del “Manifiesto Canción del Sur” entre el año 1968  y 1976 en Granada. Este poema es una constante (Nando Ferrer también lo grabó,  aunque tampoco localizo su versión)


Buen martes y buenos sueños