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4 de mayo de 2020

Tú en el alto balcón de tu silencio, Josefina de la Torre. Versiones de Juan Valderrama y mas




Tú en el alto balcón de tu silencio
 
Tú en el alto balcón de tu silencio,
yo en la barca sin rumbo de mi daño,
los dos perdidos por igual camino,
tú esperando mi voz y yo esperando.
Esclavo tú del horizonte inútil,
encadenada yo de mi pasado.
Ni silueta de nave en tu pupila,
ni brújula y timón para mis brazos.
En pie en el alto barandal marino
tú aguardarías mi llegada en vano.
yo habría de llegar sobre la espuma
en el amanecer de un día blanco.
Pero el alto balcón de tu silencio
olvidó la señal para mi barco.
Y me perdí en la niebla de tu encuentro
–como un pájaro ciego–, por los años.
Josefina de la Torre. Versos y Estampas 1927
 



Josefina de la Torre es una de las grandes figuras de la Generación de 1927 junto a la vitoriana Ernestina de Champourcin, son las dos únicas mujeres recogidas por Gerardo Diego en la Antología de la Poesía Española Contemporánea de 1934
Nacida en 1907, en Gran Canaria de familia de artistas, se traslada a Madrid en 1927 con su hermano, y publica su primer libro (Versos y Estampas) con prólogo de Pedro Salinas
Es una de las “Sinsombrero” a las que la Guerra cambió la vida En el caso de Josefina de la Torre se traslado a Las Palmas donde escribió novelas de aventuras con seudónimo, y luego volvió a Madrid donde encaminó sus pasos al Teatro en escenarios y radio, Actriz de cine y televisión (su última aparición fue en la serie “Anillos de Oro” en 1983). Retoma la poesía muchos años después. Tras su primer libro citado, publica "Poemas desde la Isla" en 1930 y el siguiente “Marzo Incompleto” no ve la luz hasta 1968, publicando el cuarto y último “Medida del Tiempo” en 1989
A pesar del olvido, su figura va resurgiendo y la prueba es este poema y las tres versiones grabadas que os traigo. La primera en forma de bolero, con música de Luis Pastor y cantada magistralmente por Juan Valderrama, que la incluye en su último disco “Mujeres de Carne y Verso” 2019, séptimo corte)
 


En el libreto que acompaña al disco Juan Valderrama escribe: “En nuestro país eso de que un artista haga varias cosas bien es un defecto intolerable y Josefina lo tenía. Era poeta y como actriz estaba entre las mejores de su tiempo, tocaba el piano el violín, la guitarra y era una excelente soprano. Dobló a Marlene Dietrich en el cine, cantó zarzuela, fue musa de Buñuel al que conoció en la Residencia de Estudiantes, Lo dicho intolerable”
La segunda versión que os propongo es de finales de 2019, y está realizado por el grupo Prado Negro, proyecto que, según definen, nace de la unión entre poesía y música en manos de Soleá Morente, Jaime Beltrán, José Bonaparte, Rocío Morales y Mario Fernández (Mafo). Un proyecto que reivindica la literatura como principal fuente de inspiración, siendo su primer disco “las mimbres” claro ejemplo (es el cuarto tema de los siete grabados) El poema está levemente adaptado


La tercera versión es también flamenca, En el 2017 Juan Carmona (hijo de Juan Habichuela) desarrolla un proyecto de poner música a los poetas de la Generación del 27 con el título “27 flamenco”, Un disco muy recomendable, once grandes poemas de ellos y ellas (Maruja Mallo, Concha Méndez, Ernestina de Champourcin y Josefina de la Torre),
La voz la ponen unas chicas de Alicante (“Las Bautista”), las hermanas Tere y Angela, cuya versión suena así


Si queréis leer más de esta mujer es interesante el artículo de Marina Patrón Sánchez en la revista Temblor en dos artículos Versatilidad artística y Una moderna de Cine

Ultima curiosidad ahora que estamos en el año de Galdós el primer poema que publicó Josefina, fue con motivo de la muerte de Benito Pérez Galdós, el 4 de enero de 1920 , en La Jornada (Diario liberal de Canarias):

Yo noté al levantarme
que el día era sombrío;
sentí una gran tristeza
dentro del pecho mío.
Presentí, entonces, algo,
Y mi hermana me dijo:
—¿Sabes, hermana, sabes?
Se ha muerto don Benito.
¡Don Benito! Aquel viejo
que estaba cieguito,
aquel que me gustaba
porque me daba el cariño.
—Hermana, hermana, hermana,
¿ha muerto don Benito?
Todos, todos, lloraban,
todos, todos, los míos.
Y hasta mi pluma ahora
al escribir, sin ruido,
es como si callara:
¡Ya murió don Benito!

Buen día y buena semana