Cinco de enero del año del Señor dos mil veintidós, Noche de Reyes, pero entre la pandemia y la falta de apego a la institución monárquica en lo que entonces se conocía como Hispania, no se sabía si sería posible su celebración.
Uno de los tres Reyes Magos había dado positivo el día anterior, el otro era contacto directo y al tercero le faltaba el pasaporte covid, porque en los países de fuera del llamado primer mundo, la vacuna no era algo accesible para sus habitantes.
Reunidos por videoconferencia, a uno de ellos se le ocurrió una idea:
- Este año, podríamos sustituir al Rey por un Ray.
- Excelente idea, contestó otro.
- Podría ser un Ray musical, y al menos llevaría un poco de música y alegría para empezar este año tan disparatado que ha comenzado como si llegara el verano, en vez del invierno.
Se pusieron a pensar y alguien dijo:
- ¡Gaspar podría ser Ray Conniff!.
- ¡Estupendo, qué comience la música!
Y Ray Coniff empezó a tocar esta vieja balada de Kurt Weill sobre un texto de Brecht, y que años después volvería a popularizar Ruben Blades, "Mark the Knife" (de su disco "Alegria en Ritmo" de 1963, último corte de la cara A)
- Melchor, podría ser Ray Heredia, comentó otro mago.
- Ray sería un Melchor extraordinario.
Ray Herdia, eligió cantar el primer tema de su último disco, "El que no corre, vuela", grabado con veintiocho años, un par de meses antes de su muerte, "Alegría de vivir"
¡Solo falta Baltasar!
Pero los tres tenían claro qué Ray lo haría mejor. No podía ser otro que Ray Charles, que juntó a sus cuatro pajes cantó este temazo: "Hit the road Jack"
Prometía ser una buena noche de Rayes, con buena música y esperanza.
(Basado en una idea de Alberto Vidal, ¡Muchas Gracias, Alberto!)
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