Melusina
Infiel como el ala de los pájaros infieles
tú siempre serás mía:
los eucaliptus sangraban,
un caballo ciego fue a agonizar entre los rieles
porque no quería ver el fin de nuestro amor
mientras se marchitaban los dedales de oro sembrados por un loco.
Tú siempre serás mía.
Infiel como el ala de los pájaros infieles.
Jorge Teillier: Para un pueblo fantasma (1978)
La canción forma parte del primer disco del grupo de poesia y rock chileno "Acero de Invierno" titulado "Laberinto de voces" del 2015
Poemas para un pueblo fantasma forma parte de la poesía realizada por Jorge Teillier después del golpe de Estado de Chile, una profunda melancolia y un acercamiento al alcohol, forma parte de sus letras, solo en los mesones se puede hablar como retrata en otro poema del libro "Pequeña Confesión"
Si, es cierto, gasté mis codos
en todos los mesones.
Me amaron las doncellas y preferí a las putas.
Tal vez nunca debiera haber dejado
El país de techos de zinc y cercos de madera.
En medio del camino de la vida
Vago por las afueras del pueblo
Y ni siquiera aquí se oyen las carretas
Cuya música he amado desde niño.
Desperté con ganas de hacer un
testamento
-ese deseo que le viene a todo el mundo-
pero preferí mirar una pistola
la única amiga que no nos abandona.
Todo lo que se diga de mí es
verdadero
Y la verdad es que no me importa mucho.
Me importa soñar con caminos de barro
Y gastar mis codos en todos los mesones.
"Es mejor morir de vino
que de tedio"
Sin pensar que pueda haber nuevas cosechas.
Da lo mismo que las amadas vayan de mano en mano
Cuando se gastan los codos en los mesones.
Tal vez nunca debí salir del
pueblo
Donde cualquiera puede ser mi amigo.
Donde crecen mis iniciales grabadas
En el árbol de la tumba de mi hermana.
El aire de la mañana es siempre
nuevo
Y lo saludo como un viejo conocido,
Pero aunque sea un boxeador golpeado
Voy a dar mis últimas peleas.
Y con el orgullo de siempre
Digo que las amadas pueden ir de mano en mano
Pues siempre fue mío el primer vino que ofrecieron
Y yo gasto mis codos en todos los mesones.
Como de costumbre volveré a la
ciudad
Escuchando un perdido rechinar de carretas
Y soñaré techos de zinc y cercos de madera
Mientras gasto mis codos en todos los mesones.
Acabo con una versión curiosa donde se mezcla el poema de Teillier con el Let's Dance de Bowie
Buen martes
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