Frente al Mar
Oh mar, enorme mar, corazón fiero
de ritmo desigual, corazón malo,
yo soy más blanda que ese pobre palo
que se pudre en tus ondas prisionero.
Oh mar, dame tu cólera tremenda,
yo me pasé la vida perdonando,
porque entendía, mar, yo me fui dando:
“Piedad, piedad para el que más ofenda”.
Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.
¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
me falta el aire y donde falta quedo,
quisiera no entender, pero no puedo:
es la vulgaridad que me envenena.
Me empobrecí porque entender abruma,
me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.
Mar, yo soñaba ser como tú eres,
allá en las tardes que la vida mía
bajo las horas cálidas se abría…
Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mírame aquí, pequeña, miserable,
todo dolor me vence, todo sueño;
mar, dame, dame el inefable empeño
de tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza,
¡Aire de mar!… ¡Oh tempestad, oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y equivoca
pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!
Vuele mi empeño, mi esperanza vuele…
La vida mía debió ser horrible,
debió ser una arteria incontenible
y apenas es cicatriz que siempre duele.
Alfonsina Strorni Irremediablemente (1919)
Ya es viernes 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Dia triste por que persiste la violencia y alegre porque el reconocer la existencia de un problema es un paso para solucionarlo o en este caso erradicarlo
Por ello quería poneros otro poema del libro al que le he dedicado esta semana, No he encontrado ningún otro musicado po lo que he elegido éste que me parece muy bello, con el que se cierra la segunda parte del libro y que en cierto modo nos habla de esa fascinación entre Alfonsina y el Mar, antges de su tragica muerte con tan solo 48 años
Como despedida como no una versión de Alfonsina y el mar en este caso, instrumental y a cargo del violín magistral de Elia Bastida, que parece aumentar, aún más, la melancolía
Buen viernes y a ver si logramos que la violencia vaya desapareciendo
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