¿Recuerdas que querías ser una Margarita
Gautier? Fijo en mi mente tu extraño rostro está,
cuando cenamos juntos, en la primera cita,
en una noche alegre que nunca volverá.
Tus labios escarlatas de púrpura maldita
sorbían el champaña del fino baccarat;
tus dedos deshojaban la blanca margarita,
«Sí... no... sí... no...» ¡y sabías que te adoraba ya!
Después, ¡oh flor de Histeria! llorabas y reías;
tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo;
tus risas, tus fragancias, tus quejas, eran mías.
Y en una tarde triste de los más dulces días,
la Muerte, la celosa, por ver si me querías,
¡como a una margarita de amor, te deshojó!
Ruben Dario. Prosas Profanas (1896)
La muerte del ser amado vuelve a estar presente en la poesía, y que otra cosa, sino el amor, la muerte y la vida merecen ser recreados en nuestras plegarias. Es el décimo cuarto poema del libro, y en el 2010, fue grabado para el disco "La palabra en el Tiempo" (tercera pista), por Paula Chantada con música de Santiago Gómez-Valverde. En el siguiente vídeo la podemos oír en un directo en la sede de la SGAE de Madrid
Creo que es obvio, pero en las búsquedas e incluso en alguna base de datos, hay algún error, no hay que confundir esta Margarita, amada, con la Margarita Debayle, a la que normalmente asociamos el nombre de Rubén Dario. Esta última era una niña, y a pesar de los amorios variados que tuvo Ruben Darío, no parece que fuera el caso. Bromas aparte os dejo con la entrada de hace algo mas de dos años, donde os hablaba de ese poema, que es tan lindo que nunca está de mas recordar
https://fonocopiando.blogspot.com/2020/06/a-margarita-debayle-ruben-dario.html
El gran amor de Rubén Dario, por lo menos fue el mas largo, aunque acabaron separandose, fue con una madrileña, llamada Francisca Sánchez, hija de un jardinero del Retiro, Se fué con ella a París y se casaron por lo civil (ya que Rubén Dario seguia casado con su segunda mujer) y allí vivieron varios años. Tras morir Ruben Dario Francisca se casó con José Villacastín, que logró recuperar gran parte de la obra de Rubén Dario, y que luego donó al Estado Español, este hombre era el abuelo de Rosa Villacastín, que lo ha contado en la tele en alguna ocasión, y así mezclamos un poco de prensa rosa con música y poesía que todo es necesario en la vida
Buen martes
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